Las publicidades de golosinas en las canchas de fútbol acreditan una larga trayectoria. Ya en 1918 había un cartel de la empresa Noel ubicado en la cancha de River Plate en la Dársena Sur. Noel era una empresa de la zona. Su fábrica estaba en la Av. Patricios, no muy lejos de los estadios de River y Boca.
A fines de los años ’20 Noel hacía publicidad con la figura de Nolo Ferreira (el piloto olímpico), quien fue capitán de la selección argentina en el primer campeonato mundial disputado en 1930 en Montevideo.
Esta foto de 1923 —de la tribuna cabecera de la calle Austria en el estadio de River Plate de Alvear y Tagle— nos muestra una publicidad de una golosina local cuya vigencia tiene ya más de 100 años.
Era de las pastillas de menta DRF, un producto argentino que durante algún tiempo se fabricó en Londres y fraccionó localmente.
Las pastillas de menta Renomé también fueron una golosina muy futbolera. A mediados de los años ’60 tenían una publicidad en los palcos de La Bombonera.
Desde mediados de los años ’50, en los partidos más importantes del campeonato argentino ingresaban a la cancha cinco muñecos negros con letras (en esta foto del viejo Gasómetro también se ve un aviso de pastillas Renomé).
Eran propaganda de los caramelos masticables Sugus.
La costumbre se mantuvo hasta bien entrada la década del ’60, como muestran estas fotos de River en la cancha de Quilmes en Guido y Sarmiento, y de Boca en la Bombonera.
Otros caramelos tradicionales que incursionaron en las canchas fueron los Mu-Mu, como ilustra esta foto del viejo Gasómetro de San Lorenzo.
Quién no habrá dejado alguna emplomadura pegada en uno de aquellos enormes caramelos de leche.
Mu-Mu fue una de las primera publicidades en las camisetas de los jugadores y acompañó al Ciclón en parte de la campaña de 1982 en 1ª B, que lo devolvió al círculo superior.
Pero la golosina más futbolera de todas se inspiró en el término Chewing Gum, que en los años ’20 popularizó la American Chicle Co. (razón por la que le decimos chicle a la goma de mascar).
Fueron los célebres caramelos Chuenga, una crónica de barrio que hoy es toda una leyenda…