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Cuando los números de las camisetas aún no eran "dorsales"

Una sinopsis del origen de la numeración de las camisetas de fútbol, contada a través de algunos hitos que denotan cierto paralelismo entre su adopción en las ligas inglesa y argentina.

Una pregunta usual en las redes es ¿cuándo comenzaron a usarse números en las camisetas en la Argentina? La repuesta correcta es: en la 9ª fecha del campeonato de 1949 pero, hagamos un poco de historia…

Los antecedentes de numeración de camisetas de fútbol más difundidos en internet son los de Australia en 1911 y la final de la Copa de EE.UU. en 1924. Especulo que, por tratarse de casos registrados en países con poca tradición futbolera, no llegaron a trascender.

El primer antecedente de jugadores numerados en la Argentina fue el domingo 10 de junio de 1923 en el partido inaugural de la gira del equipo escocés Third Lanark, que perdió 1 a 0 con el Combinado Norte en la flamante cancha de River Plate en Alvear y Tagle.

Una semana más tarde —el domingo 17 de junio de 1923— los escoceses derrotaron 3 a 1 al Combinado Sur, pero los números sólo los usaron los locales. En el resto de los partidos de aquella gira ya no se volvieron a usar números en las camisetas de los equipos.

El sábado 25 de agosto de 1928 se registraron dos antecedentes en Inglaterra. Uno en el partido de 1ª división entre Arsenal y Sheffield Wednesday en Hillsborough, y otro en el encuentro de 2ª división entre Chelsea y Swansea en Stanford Bridge.

Aquel antecedente de la temporada 1928/29 fue aislado. Pero cuando en el verano europeo de 1929 el Chelsea vino de gira a Sudamérica, trajo sus camisetas con números. La prensa no tardó en apodarlos “los numerados”.

El detalle mas peculiar fue que los jugadores de campo del Chelsea usaban el número en la espalda, pero el arquero lo hacia en el pecho (pues, por lo general, un goalkeeper nunca le da la espalda al árbitro).

El siguiente antecedente en Inglaterra fue el sábado 29 de abril de 1933 en la final de la FA Cup en Wembley. Ese día Everton derrotó 3 a 0 a Manchester City. Los jugadores del City usaron del 1 a 11, mientras que los del Everton lucieron del 12 al 22.

El arquero del Manchester City usó el número 1, mientras el portero del Everton llevó el 22. Esta rara costumbre probablemente se originó en los programas de los partidos que, mucho antes de que se usaran números, así indicaban las formaciones de los equipos.

A fines de 1933 el Arsenal jugó un partido amistoso con un equipo combinado austríaco y volvió a usar números. Se dice que se trató de una iniciativa de su famoso manager Herbert Chapman, el creador del sistema W-M en el que evolucionó el 2-3-5 al cambiar el offside en 1925.

A partir de 1934, la inclusión de números en las camisetas fue objeto de un extenso debate en Inglaterra. Sus detractores argumentaban que interferían con la estética tradicional de los uniformes del fútbol inglés. La Liga inglesa rechazó los números en más de una oportunidad.

Finalmente los números fueron obligatorios en la Liga inglesa en el inicio de la temporada 1939/40. El sábado 26 de agosto de 1939 todos los equipos lucieron camisetas numeradas en la primera fecha del campeonato.


La asignación de los números se basó en la clásica formación 2-3-5 que se usó hasta promediar los años ’20, compuesta por 2 defensores (full-backs), 3 medios (half-backs) y 5 delanteros (forwards).
Pero en Inglaterra la temporada 1939/40 sólo duró 3 jornadas, pues fue interrumpida por el inicio de la 2ª guerra mundial. Los números en las camisetas no fueron populares entre los aficionados ingleses hasta la temporada 1946/47.
En Inglaterra se hizo costumbre que el arquero no llevara número, pero el resto de los jugadores de campo se ordenaba del 2 al 11.
En 1948 la AFA contrató 8 referís ingleses para mejorar el nivel del arbitraje local (en 1937 había venido Isaac Caswell que dirigió 2 temporadas). El sistema se mantuvo hasta fines de los ‘50s y uno de esos jueces —Robert Turner— arbitró partidos hasta entrados los años ‘60.
Los referís ingleses recomendaron numerar las camisetas de los jugadores, y así se dispuso desde la 9ª fecha del campeonato de 1º división, jugada el domingo 26 de junio de 1949. Los equipos de 1ª B también usaron números el sábado anterior.

Los números fueron bienvenidos por la afición en general y los periodistas en particular, pues facilitaron la identificación de los jugadores. En un principio los arqueros no llevaron número, como se acostumbraba en Inglaterra. Los jugadores de campo se numeraron del 2 al 11.

Donde no hubo uniformidad desde un principio fue en las dimensiones de los números. Estas miniaturas de Ferro en 1956 son propias de una llamada al pie, mientras que los descomunales números de Platense en 1966 son verdaderas gigantografías.


A fines de los ’40 ya no se usaba la formación 2-3-5. En cada país los números se fueron adaptando a los esquemas de juego predominantes. Se hizo muy común asociar el número con la posición, una práctica que perduró hasta nuestros días: “hace de falso 9”, “juega con doble 5”.

A fines de los ’60s hubo un intento de reemplazar la numeración clásica usada en la Argentina por otra correlativa. Equipos como el Estudiantes de Zubeldía o el Chacarita de Geronazzo (en la foto, Frassoldatti) fueron sus más fieles exponentes. La movida finalmente pasó de moda.

Cuando en 1967 el Celtic de Glasgow vino a jugar la final de la Copa Intercontinental con Racing, notamos que usaban el número adelante y atrás del pantalón. Recién en 1975 la UEFA dispuso que sus clubes debían llevar el número en la camiseta.

En los partidos de liga, los equipos formaban del 1 al 11. Cuando en los ’70s se autorizaron las substituciones, se agregaron números más altos. Pero en los campeonatos mundiales se usaban números fijos que identificaban a cada integrante del plantel.

La Liga inglesa adoptó los números fijos en 1993 (justo en un Arsenal–Sheffield Wednesday como en 1928). La AFA hizo lo mismo en 1997, pero sólo para partidos de 1ª división. Este sistema, junto al nombre del jugador, personaliza la indumentaria y estimula su comercialización.

Hay equipos que retiraron números para homenajear a sus leyendas, una tradición importada de los EE.UU. Si alguna vez se te pasa por la cabeza que se trata de una buena idea, recordá siempre estas sentidas palabras del crack Alessandro Del Piero.


Acá sólo manda el "escritorio"

¿Cómo se administran los cambios de las reglas del juego en el fútbol? Una somera descripción del International Football Association Board (IFAB), la antigua organización aún vigente que vela por la integridad de las normas del balompié. 



La Football Association (FA) fue establecida en 1863. Su misión original fue definir un reglamento único que incluyó 14 reglas del juego. La normas se fueron refinando a medida que se popularizaba el fútbol, y a fines del siglo XIX ya casi tenían la misma forma actual.


En 1886 se estableció el International Football Association Board (IFAB), para regular las normas de los partidos entre asociaciones británicas (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda). Lo integraban 2 representantes de cada asociación. Los cambios de reglas exigían unanimidad.


La FIFA fue establecida el 21 de mayo de 1904 por 6 asociaciones europeas (Francia, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Suecia y Suiza), más el Madrid FC (por España). Alemania adhirió ese mismo día por telegrama. Siempre se usaron las reglas del juego definidas por el IFAB.


La Football Association (FA) ingresó a la FIFA en 1905. La Asociación Argentina estuvo primero vinculada a la FA, e ingresó de manera directa a la FIFA en 1912 (la 1ª asociación de Sudamérica en afiliarse). La primera asociación no europea en afiliarse a la FIFA fue Sud-África en 1910.


En 1913 la FIFA aportó 2 representantes al IFAB, que pasó a contar con 10 directores. Los cambios de reglas ahora necesitaban 4/5 de los votos y 4 asociaciones presentes para ser aprobados (los británicos podían imponer su criterio por sí solos).


El IFAB no sesionó durante la 1ª guerra mundial. Al concluir el conflicto los británicos se retiraron de la FIFA, pues disentían con la afiliación de las potencias centrales (Alemania, Austria-Hungría). Cuando en 1920 el IFAB retomó sus reuniones, excluyó a la FIFA de su seno.


En 1924 los británicos regresaron a la FIFA, que a la vez retomó su lugar en el IFAB en idénticas condiciones: 2 representantes de cada una de las 5 asociaciones miembro: Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte y FIFA. Mayoría de 4/5 de los votos para pasar una resolución.


Las británicos volvieron a dejar la FIFA en 1928, cuando ésta decidió que en los Juegos Olímpicos de Amsterdam los jugadores amateurs podían recibir una compensación por sus salarios caídos. En esta oportunidad el IFAB no alteró su composición y la FIFA mantuvo su presencia.


Los británicos regresaron a la FIFA recién en 1946 (al cabo de la 2ª guerra mundial). En 1958 se adoptó la actual constitución del IFAB: 4 votos en bloque para FIFA y 1 voto para cada una de las 4 asociaciones del Reino Unido. Se necesitan 3/4 de los votos para aprobar una norma.


En este esquema la FIFA puede vetar una resolución, pero no imponer su criterio sin el apoyo de 2 asociaciones británicas. No hay razón para esta anacrónica organización (aunque la FIFA impondrá siempre su criterio). El IFAB es hoy una sociedad de derecho suizo (igual que la FIFA).


El IFAB es reconocido por su ancestral reticencia a cambiar las normas. Se auto-define como el “Guardián de las Reglas del Juego”. En sus más de 130 años de actividad, estos fueron algunos hitos que dejaron su huella en las reglas del juego.

Referencias:
. la historia del penal y las áreas;
. la historia de las redes;
. la historia del córner.

Hoy se aprecia una mayor apertura del IFAB, particularmente en temas vinculados con la incorporación de tecnología (ojo de halcón, VAR, telecomunicaciones). Cabe notar que menos de 10 años atrás (2010), el IFAB decidió descartar toda ayuda tecnológica.


El IFAB hoy promueve la iniciativa Play Fair! (¡Juega Limpio!), donde bosqueja la estrategia a seguir en el quinquenio 2017-2022 sobre 3 ejes de acción:
1. Mejorar la Conducta de los jugadores;
2. Optimizar el Tiempo de juego; y
3. Ampliar la Equidad de las normas.



Las modificaciones propuestas para Mejorar la Conducta no resultan, en apariencia, muy alentadoras. Aunque todas se pusieren en práctica, no cambiarían mucho los usos y costumbres del fútbol actual. Probablemente el VAR tendrá un mayor efecto sobre la conducta de los jugadores.


Otro de los aspectos clave es Optimizar el Tiempo de juego. En las Ligas más importantes del mundo se juegan alrededor de 56’ netos por partido. En la Argentina se suele estar por debajo de los 50’ de tiempo neto.


Los cambios para Optimizar el Tiempo de juego incluyen propuestas radicales, como la introducción del tiempo neto. No creo que el fútbol se adapte fácilmente a un sistema estricto de tiempo neto como, por ejemplo, se aplica en el básquet o el hockey.


Sobre la base del tiempo neto de casi 2.000 partidos de la English Premier League, se aprecia que jugar en dos tiempos de 30’ netos extendería el juego de más del 80% de los partidos. Sin embargo, su implementación no es sencilla.


Veo sí muy factible aplicar un esquema similar al del rugby, en el que el árbitro indica cuándo detener el reloj. La iniciativa Play Fair! señala con precisión cuáles serían las circunstancias de juego en las que se detendría la medición del tiempo de juego.


Ampliar la Equidad de las normas busca derogar situaciones no ecuánimes y equiparar sanciones en incorrecciones semejantes que no se miden con la misma vara. Todas estas propuestas son de aplicación sencilla, no modificarían el espíritu del juego y aportarían mayor equilibrio.


Una de los puntos más obvios es el lanzamiento de tiros desde el punto penal, donde la ventaja del equipo que ejecuta en primera instancia es indudable. Auguro que esta modificación se pondrá en práctica lo más pronto posible.


Una propuesta muy interesante es que durante un partido el penal se trate igual que en un desempate (sin rebote). Se eliminarían de raíz todas las invasiones al área penal, que hoy son tan difíciles de detectar para el árbitro.


Otra propuesta tomada del rugby (y asociada con el tiempo neto), es que el primer tiempo o el partido no termine hasta que la pelota no salga del campo. Esta norma acotaría cierta discrecionalidad de los árbitros, que suele caldear ánimos y detonar incidentes.


Vistos los tiempos que siempre se toma el IFAB, si algo cambiará en la reglas del juego en un futuro cercano seguro está entre estas propuestas. Si te interesa el tema, no dejes de enviar tu comentario. Acá les dejo el documento Play Fair! completo.