Las huellas de los primeros irlandeses en la Argentina se remontan hasta las dos fundaciones de Buenos Aires en el siglo XVI. Incluso soldados de ese origen que llegaron con la segunda invasión inglesa en 1807, optaron por permanecer en el virreinato del Río de la Plata.
Muchos irlandeses participaron a principios del siglo XIX en la guerra de la Independencia, entre ellos sobresale el almirante Guillermo Brown. Algunos de esos antiguos apellidos irlandeses fueron castellanizados: Queenfaith = Reinafé; Campbell = Campana; MacGowan = Gaona.
Los irlandeses prosperaron gracias a sus habilidades rurales y el manejo del ganado ovino. A mediados del siglo XIX habían escalado posiciones sociales. Se estima que a fines del siglo XIX había 50.000 personas de ascendencia irlandesa en el país (hoy habría 1 millón).
En 1889 se produjo un severo incidente (The Dresden Affair) originado en la inescrupulosa promoción de la inmigración al país, que expuso a situaciones aberrantes a muchas de las familias irlandesas que aceptaron el ofrecimiento y se vieron defraudadas al llegar a la Argentina.
Este incidente marcó el abrupto final del flujo de inmigración irlandesa a la Argentina. La cita popular que leen abajo, refleja que no todos se adaptaron. Claro que los irlandeses que ya habían echado raíces en el país, continuaron desarrollando una fecunda actividad.
El fútbol se nutrió del aporte irlandés. El Lobos Athletic fue fundado en 1892 por irlandeses con campos en la zona. El 28 de julio de 1895 unos irlandeses residentes en la ciudad de Buenos Aires fundaron el Club Atlético Capital (aunque “capital” era justo lo que les faltaba).
El 6 de octubre de 1895, estos entusiastas irlandeses apostaron en el Gran Premio Nacional al potrillo Porteño, que dio el batacazo y pagó casi $ 93. Con ese dinero compraron todos los implementos necesarios para la práctica del fútbol.
En reconocimiento al “pingo”, cambiaron inmediatamente el nombre de la novel institución a Porteño Athletic Club. Adoptaron una divisa azul y blanca a bastones verticales, y comenzaron a consolidar una intensa actividad social y deportiva.
A principios de 1901 Porteño obtuvo el uso a título gratuito de un terreno en los bosques de Palermo (en Av. Alvear y Godoy Cruz), contiguo al que las autoridades también cedieron en 1901 al recientemente fundado Club Atlético de Estudiantes (en Av. Alvear y Oro).
Porteño accedió a la 1ª división de la Argentine Football Association en 1907 (aún no regían los ascensos y descensos). Durante los siguientes 22 años disputaría de manera ininterrumpida (y con suerte variada) los campeonatos del círculo superior de las diferentes Asociaciones.
En 1909 las autoridades municipales desalojaron a Porteño (y a Estudiantes) de su campo de juego en Palermo, pues en ese solar se montó la Exposición Industrial del Centenario de la Revolución de Mayo de 1810.
Durante los siguientes 6 años Porteño no tuvo cancha propia y frecuentó las de sus ocasionales adversarios: GEBA en Palermo, Independiente en Crucecita, el Pabellón de las Rosas en Recoleta y Ferro en Caballito entre otras.
Fueron años de grandes éxitos deportivos para la divisa albiazul. En 1910 obtuvo el sub-campeonato. En 1911 empató el primer puesto con Alumni, que luego lo venció en un memorable desempate (en el que fue el último partido oficial del equipo de Watson Hutton en 1ª división).
A mediados de 1912 Porteño fue uno de los promotores de la Federación Argentina de Football, que se escindió de la Asociación Argentina y disputó sus torneos durante 3 temporadas (en las que Porteño obtuvo los campeonatos de liga de 1912 y 1914).
Equipo de Porteño en 1917. De los fotografiados, P. Rithner, M. Garat y O. Beltrame fueron campeones en 1912 y 1914. Foto aportada por @PabloKersevan |
Al reunificarse el fútbol en 1915, Porteño inauguró su flamante campo de deportes en un amplio terreno que en 1913 otra vez le había cedido la Municipalidad en los bosques de Palermo, en esta ocasión detrás del Hipódromo Argentino.
El predio contaba con una estupenda tribuna de ladrillos, considerada la primera en su tipo en una cancha de fútbol de la ciudad de Buenos Aires. En aquella época pionera las gradas eran de madera, pero las imponentes tribunas del Hipódromo Argentino (que se apreciaban en todo su esplendor desde la cancha de Porteño) eran de concreto desde 1909.
Porteño también ganó dos veces la Copa Jockey Club, al vencer en la semifinal argentina de la Tie Competition Cup a Racing (en 1915) y River (en 1918). En ambos casos perdió la final del certamen ante los teams uruguayos Nacional y Wanderers respectivamente.
En 1919, la segunda escisión del fútbol porteño marcó el principio del fin de la trayectoria futbolística del Club Atlético Porteño. Permaneció jugando en la Asociación Argentina, pero sus performances ya no estuvieron a la altura de las anteriores campañas.
Al reunirse las Asociaciones Argentina y Amateurs en 1927, Porteño sólo tenía 250 socios, el número más bajo entre los 50 equipos que aspiraban integrar la 1ª división de la unificada Asociación Amateurs Argentina de Football (pero retuvo su puesto en la máxima categoría).
Porteño ocupó el último puesto en el campeonato de 1ª división de 1927. No descendió pues usufructuó la exención concedida por haber integrado la 1ª división en 1919. En 1928 volvió a salir “cola”, y entonces sí pasó a jugar en 1929 en la 2ª categoría (la 1ª división Sección B).
Equipo de Porteño en 1926. Ese año ocupó la última posición, sin triunfos y empleó la friolera de 59 players. Foto aportada por @PabloKersevan |
Porteño se desafilió de la Asociación Amateurs Argentina de Football luego de la temporada de 1930. En 1932 solicitó su afiliación a la Unión Argentina de Rugby. Cabe notar que durante los años ’20, el campo de juego de Palermo ya era usado frecuentemente para partidos de rugby.
En 1945 Porteño fue desalojado del terreno de Palermo. Hoy es la plaza Florencio Sánchez, donde los fines de semana son frecuentes los “picados”. Dudo que quienes participan en estos partidos informales sepan que allí jugaron los clubes más importantes del fútbol argentino.
El Club Atlético Porteño supo mantenerse en pie aun sin cancha (como entre 1910 y 1915). En 1951 obtuvo el ascenso a la 1ª división de la Unión Argentina de Rugby (en la que permaneció una temporada). En 1971 se estableció en San Vicente, donde hoy tiene su sede.
Un dato curioso es que entre 1958 y 1970, en los campeonatos de Aficionados y 1ª C de la AFA jugó el Porteño Atlético Club de General Rodríguez, fundado en 1911 por admiradores del viejo Porteño de Palermo. Se desafilió a principios de 1971 y hoy también se dedica al rugby.
El paso del Club Atlético Porteño por el fútbol argentino fue realmente significativo. Así lo testimonian el nutrido historial que acumula con los principales equipos del fútbol local y sus aportes de jugadores a la Selección Argentina.
El fútbol argentino siempre reservará un lugar en su cuadro de honor para el Club Atlético Porteño, para mantener presente su estupenda trayectoria y aquella magnífica tribuna oficial: “la primera de ladrillos del fútbol porteño”.