Las canchas del heptacampeón

21.12.2019 - 38 minutos - Video
Recorrida fotográfica por las canchas en las que jugó el equipo del Racing Club que entre 1913 y 1919 obtuvo siete ligas consecutivas. Evento organizado por el Depto. de Historia del Racing Club.

La gira del Swindon Town en 1912

Una extensa recopilación de la gira del Swindon Town inglés en 1912, en medio de una época turbulenta del fútbol argentino.


Índice
1. ANTECEDENTES
1.1 Preparativos
1.2 Breve historia del Swindon Town
1.3 El plantel
1.4 La travesía

2. ORGANIZACIÓN DEL FOOTBALL PORTEÑO
2.1 El conflicto
2.2 El partido con la Liga Rosarina
2.3 El programa de partidos de la gira

3. PARTIDOS DEL SWINDON TOWN
3.1 Domingo 16 de junio vs. Combinado Norte
3.2 Sábado 22 de junio vs. San Isidro
3.3 Domingo 23 de junio vs. Combinado Sud
3.4 Sábado 29 de junio vs. Liga Rosarina (en Rosario)
3.5 Domingo 30 de junio vs. Asociación Argentina de Fútbol
3.6 Jueves 4 de julio vs. Estudiantes
3.7 Domingo 7 de julio vs. Uruguayos (en Montevideo)
3.8 Martes 9 de julio vs. Argentinos

4. CONCLUSIONES
4.1 Enseñanzas y reflexiones
4.2 Las impresiones de los visitantes
4.3 El regreso

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1. ANTECEDENTES
1.1 Preparativos
A fines de 1911, las autoridades de la Argentine Football Association (AFA) consideraron oportuno iniciar gestiones para obtener el concurso de un equipo extranjero para jugar en el siguiente invierno (junio de 1912) una serie de partidos con cuadros combinados en Buenos Aires, Rosario y Montevideo.

Esta práctica se había repetido en temporadas anteriores, con marcado suceso deportivo y económico. El primer equipo extranjero que nos visitó fue el Southampton en 1904, seguido por el Nottingham Forest en 1905, y por un combinado de amateurs británicos residentes en Sudáfrica en 1906. Los últimos visitantes fueron el Everton y el Tottenham Hotspur en 1909.

En 1910 se desarrolló la serie de partidos internacionales del Centenario (en la que participaron los seleccionados de Uruguay y Chile).


Luego del paréntesis de 1911, se consideró que había llegado el momento de retomar el intercambio con equipos europeos para continuar el perfeccionamiento del fútbol local. Inmediatamente se abrió un amplio debate entre la conveniencia de invitar un team profesional (sólo en el Reino Unido la actividad era rentada), o uno amateur (en cuyo caso se podía elegir entre varias naciones europeas). En un principio se dudaba de que se estuviera a tiempo de definir la gira de un equipo inglés con tan poca antelación. También entusiasmaban los progresos que registraba el football en Europa continental. Se consideraba que los jugadores más expertos eran los daneses (medalla de plata en los Juegos Olimpicos de 1912), pero se estaba al tanto de que en Holanda, Italia, Suecia, Alemania, Rusia, Finlandia, Bélgica y Austria, el football ya era el deporte favorito de la juventud.


Particular atención se prestó a la inclusión de un campeonato internacional amateur en el programa de los Juegos Olímpicos de 1912 en Estocolmo, cuya medalla dorada obtuvo Gran Bretaña. Claro está que esta circunstancia acotaba la plena disponibilidad de buenos amateurs europeos, pues el desarrollo del torneo en Estocolmo estaba previsto en las mismas fechas reservadas para la gira por el Río de la Plata.

En marzo de 1912 el doctor Ricardo Aldao, Presidente del Club de Gimnasia y Esgrima, se encontraba en Inglaterra en viaje privado. Fue entonces comisionado por la AFA para gestionar ante la Football Association (FA) la venida de un team inglés.


En principio los trámites resultaron infructuosos y la búsqueda se orientó hacia la siguiente temporada. Sin embargo, y de manera imprevista, el Dr. Aldao obtuvo la conformidad del club Swindon Town, campeón vigente de la Liga del Sud en 1911 y que en la temporada en curso cumplía una gran actuación en la FA Cup. El arribo de un club inglés con semejantes pergaminos generó una amplia expectativa en todos los círculos futbolísticos locales.



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1.2 Breve historia del Swindon Town
Los orígenes del Swindon Town se remontan al Swindon AFC en 1879. Luego migró a Swindon Spartans, un cuadro fundado por el reverendo William Pitt sacerdote de la iglesia de Christ Church situada en el barrio antiguo (Old Town) de la ciudad. Swindon Town finalmente fue el resultado de la fusión de los Spartans con el equipo de la iglesia del barrio ferroviario.


En 1894 Swindon Town fue uno de los equipos profesionales fundadores de la Liga del Sur. Ese mismo año comenzó a jugar en el primer County Ground, ubicado en el mismo terreno que hoy ocupa el Cricket Ground adyacente al actual estadio (al que se mudó en 1896).


Al equipo se lo conoció como los Railwaymen (los Ferroviarios), pues hasta mediados del siglo XX la ciudad de Swindon —localizada en la región de Wiltshire a unos 130 km. al oeste de Londres— era un importante centro ferroviario del Great Western Railway (Gran Ferrocarril del Oeste).


Otro apodo —Moonrakers, los que rastrillan la Luna— se origina en una antigua leyenda. En una noche de luna llena dos hombres contrabandeaban brandy en la parte trasera de un carro repleto de heno. Pero al cruzar un puente dejaron caer los barriles en el estanque e intentaron recuperarlos con sus rastrillos. Un inspector que pasaba por el lugar les preguntó ¿qué demonios están haciendo? Tratamos de recuperar ese queso, respondió uno. ¿No puedes verlo? agregó el otro mientras señalaba el reflejo de la luna. El inspector echó a reír y se mofó de ambos borrachos que pensaban que el reflejo de la luna era un queso. Cuando se alejó, los hombres usaron sus rastrillos para recuperar el brandy y continuaron su camino. Desde entonces, a los oriundos de la región de Wiltshire se los apoda Moonrakers.


Los colores iniciales del club fueron el blanco y negro (tal vez inspirados en el atuendo del reverendo Pitt). Luego usó una divisa verde, y en 1904 adoptó su uniforme actual: camiseta roja y pantalones blancos.


El apodo Robins (Petirrojos) encuentra clara inspiración en el color de la camiseta del club. La siguiente postal se publicó después de ganar su primer campeonato en 1911. El equipo en ese momento incluía a jugadores de la talla de John "Jock" Walker, el duro full back escocés que representó 9 veces a su país, y el insider Harold Fleming, quien aún posee el récord de 11 partidos internacionales jugados para Inglaterra (con 9 goles convertidos) siendo jugador del Swindon Town.


Swindon Town integraba la Liga del Sud de Inglaterra, la misma de donde procedió el Southampton, el primer team inglés de profesionales que nos visitó en 1904. La Southern League era una liga profesional independiente de la English League, que inicialmente sólo contaba con dos divisiones de equipos profesionales. En 1920 la Southern League se incorporó a la English League como su 3ª división.

La década de 1910 se encuentra entre los períodos más exitosos en la historia del Swindon Town. En 1911 se adjudicó al campeonato de 1ª división de la Liga del Sud con 38 partidos jugados, 24 ganados, 5 empatados y 9 perdidos. Marcó 80 goles y le convirtieron 31.


En 1910 y 1912 Swindon Town alcanzó las semifinales de la FA Cup (el concurso por eliminación en el que participaban todos los equipos de Inglaterra). En ambas oportunidades cayó vencido ante el equipo que luego se consagraría campeón: Newcastle en 1910 y Barnsley en 1912.

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1.3 El plantel
Cuando se confirmó la contratación del Swindon Town, el equipo ya estaba clasificado para jugar la semifinal de la FA Cup por segunda vez en las tres últimas ediciones del torneo. Esta circunstancia aumentó la expectativa generada por el arribo de los profesionales ingleses y los medios porteños cubrieron su actuación en la Copa de Inglaterra.

El telégrafo dio buena cuenta del partido semifinal por la copa inglesa jugado el sábado 30 de marzo, ante 48.000 espectadores, en el estadio Stanford Bridge en Londres.


El rival del Swindon fue el Barnsley, que integraba la 2ª división de la liga inglesa. El match resultó en extremo reñido y no se abrió el score. La superioridad de Swindon fue evidente, pero su adversario hizo gala de una cerrada y eficaz defensa que evitó una derrota que se daba por descontada. El brillante forward de Swindon, el internacional Harold Fleming, fue motivo de tan rigurosa vigilancia que le fue materialmente imposible lucir su acostumbrado juego, ni ejecutar maniobra alguna de las que tanto le distinguen. Durante el segundo período tuvo que retirarse del field a causa de una lesión recibida en la cadera, que se auguraba que no le impediría jugar el match de desempate.


El desempate se jugó 4 días más tarde, el miércoles 3 de abril, en el campo del Notts County en la ciudad de Nottingham. Aunque era un día de labor, unos 18.000 fanáticos siguieron las incidencias del partido, en su mayoría partidarios del Barnsley (ciudad distante a sólo 80 km de Nottingham). Se dice que incluso algunos hinchas de pocos recursos salvaron la distancia a pie y tardaron dos días en llegar. La estrella del Swindon, Fleming, no se recuperó a tiempo y no fue de la partida. Barnsley ganó el partido 1 a 0 con un gol marcado en el segundo tiempo, pero no sin antes pasar ciertos apremios durante la primera etapa, en la que el arquero Cooper contuvo un penal ejecutado por Bown.

Finalizada la temporada oficial 1911/12, el Swindon Town nominó a los siguientes 16 jugadores para la gira por la Argentina y Uruguay.

De los jugadores habitualmente titulares se excluyeron al centroforward Freddy Wheatcroft y al halfback Frank Handley. Jimmy Kennedy era nuevo en el team, pues recientemente había sido transferido desde Tottenham Hotspur, en cuyo primer equipo ocupó el puesto de full-back y también integró la línea media. La inclusión de Harold Fleming despertó dudas, pues no había jugado por lesión la semifinal de la FA Cup, y además se sabía que por motivos religiosos este jugador no actuaba los días domingo (en los que se programaron 4 de los 8 partidos de la gira).


La delegación se completó con Mr. Wiltshire (entrenador), Harry Thomas (tesorero) y Sam Allen (el legendario secretario y manager del club).


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1.4 La travesía
El Swindon Town embarcó el 13 de mayo en Liverpool en el vapor Ortega, perteneciente a la Pacific Steam Navigation Company (PSNC). Esta línea vinculaba los puertos de Europa con los del Océano Pacífico en Sud América. Por esta razón, hacía escala en Montevideo pero no entraba al puerto de Buenos Aires.


La travesía se realizó sólo 5 semanas después del hundimiento del transatlántico Titanic de la White Star Line, cuando aún no se había disipado el clima de pesar e incertidumbre que rodeó a esta tragedia marítima. El hecho que las rutas marítimas al hemisferio sur estuvieran libres de témpanos, seguro fue un factor reconfortante para los jugadores de Swindon Town.

La delegación llegó a Montevideo el sábado 8 de junio. Fue recibida por los representantes de la Asociación Argentina de Football (AAF) que se trasladaron especialmente para darle la bienvenida a los visitantes.


El domingo 9 de junio la delegación del Swindon asistió al Gran Parque Central para presenciar el partido entre Peñarol y Nacional, los clásicos rivales uruguayos.


El partido finalizó con la victoria de Nacional por 2 goles a cero, marcados por Lucio Gorla y Pablo Dacal.


El nivel del juego causó una profunda impresión entre los visitantes, y así se expresó Sam Allen, secretario y manager del Swindon Town, al ser entrevistado luego del encuentro: he sido Secretario de Swindon Town durante 17 años y el partido que vi ayer fue muy bueno, el mejor que haya visto entre dos equipos de aficionados. No caerían vencidos en un partido amateur en ninguna parte de Inglaterra, y dos o tres de los jugadores habrían sido vigilados cuidadosamente por los representantes de los clubes profesionales.

Al día siguiente la delegación inglesa abordó el vapor Helios, que la trasladó a la ciudad de Buenos Aires.


Una vez instalados en la capital porteña, los jugadores del Swindon Town realizaron una ligera sesión de entrenamiento en la cancha del club Belgrano Athletic para preparar su presentación inaugural fijada para el domingo 16 de junio.


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2. ORGANIZACIÓN DEL FOOTBALL PORTEÑO
2.1 El conflicto
La situación del fútbol porteño no era todo lo armónica que hubiera sido deseable esperar de cara a la organización de una gira tan importante como la propuesta para el invierno de 1912. El rápido e incontrolable desarrollo del fútbol generaba tensiones y encontronazos, cuyo origen se vinculaba principalmente con la envergadura económica que dejaba vislumbrar la actividad, y también con el surgimiento de nuevos clubes (de raíces criollas) que desplazaban a las instituciones fundadoras (de ascendencia británica).

Cabe recordar que cuando nos visitaron los primeros teams de profesionales, y ante la falta de un field apropiado, la Argentine Football Association contrató con la Sociedad Sportiva Argentina el uso de su campo de deportes en Palermo.


El acuerdo establecía que las ganancias se repartían en partes iguales. Pero la Sportiva le tomó el gusto al football, y en especial a sus resultados pecuniarios. Creyó entonces conveniente establecerse por su cuenta en el negocio, y a tal efecto esperó una oportunidad propicia para quitarle a la Asociación la autoridad dirigente y asumir para sí ese título. Tal fue lo acontecido en julio de 1908, cuando la Sportiva propuso establecer la ''Asociación Argentina de Football " (NdR: la asociación que en 1912 adoptó esta misma denominación, en ese entonces gozaba de un nombre en inglés). Esta secesión no prosperó y sucumbió rápidamente (murió antes de nacer).

Apenas comenzada la temporada de 1912 se registraron graves incidentes en partidos oficiales de 1ª división e Intermedia, en general promovidos por el público, jugadores y dirigentes a raíz de una alegada (o efectiva) incompetencia o parcialidad de los referís. Las severas sanciones impuestas por la Asociación no hicieron más que agravar la situación y crearon el campo propicio para una ruptura. Resurgieron entonces las aspiraciones secesionistas, a pesar de que el football no era un campo propicio para que su suprema autoridad legislativa y ejecutiva se repartiera en dos cuerpos distintos.

En esta oportunidad, el Club de Gimnasia y Esgrima asumió el rol que en 1908 le cupo a la Sportiva. Los "mens sana" palpaban los beneficios que les ofrecía el negocio del football bien explotado. Pescando en aguas turbias, aprovecharon el descontento reinante para auspiciar la formación de una liga independiente a la que rápidamente adhirieron los clubes Estudiantes de La Plata e Independiente (que en ese momento sufrían las consecuencias de los desordenes cometidos por sus partidarios).

La única nota cívica que presentó este desagradable asunto fue el acuerdo de statu quo ante bellum (mantener el estado de cosas previo a la guerra), que se impuso durante la visita del Swindon Town. Habría sido toda una demostración de sentimientos antideportivos y falta de cultura si se hubiera involucrado a los visitantes en un incidente de guerra abierta entre las partes.

Al cabo de la tregua convenida, el conflicto lejos estuvo de disminuir en importancia y asumió caracteres aún mayores. La ocasión pintaba propicia para la intervención de un sportsman de influencia entre ambas partes. Varias fueron las tentativas de zanjar las dificultades entre las instituciones en conflicto, y ofrecieron sus buenos oficios para intentar un arreglo los señores Fidanza, presidente de la Liga Rosarina, Rafael Cullen, presidente de San Isidro, G. D. Ferguson, presidente de Belgrano Athletic, y Héctor Rivadavia Gómez, presidente de la Liga Uruguaya.

De este conflicto surgió la disidente Federación Argentina de Football (FAF), que inició sus actividades formales incluso antes de que terminara la gira del Swindon Town y organizó partidos en las mismas fechas en las que los ingleses tenían programados sus matches. La siguiente foto corresponde al match inaugural de la FAF jugado entre equipos combinados de sus clubes afiliados en el estadio de Estudiantes de La Plata (cuya magnífica tribuna había sido inaugurada el año anterior).


La división se extendió durante 3 temporadas (hasta fines de 1914), y una de sus consecuencias directas fue la demora del establecimiento de la Confederación Rioplatense, que se había propuesto para coordinar el accionar de las ligas Porteña, Rosarina y Uruguaya (recién en 1916 se sentarían las bases de la Confederación Sudamericana de Football).

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2.2 El partido con la Liga Rosarina
Una vez confirmada la gira del Swindon Town, el Consejo de la AAF aprobó una iniciativa de su vicepresidente Mariano Reyna para celebrar un partido anual entre cuadros combinados de las Ligas Porteña y Rosarina. La Liga Rosarina aceptó el ofrecimiento y se puso en disputa una copa donada por el mismo Dr. Reyna.


El partido se jugó en Buenos Aires, el domingo 9 de junio, en el field del Club de Gimnasia y Esgrima en Palermo. Las amplias instalaciones estuvieron repletas de aficionados. 


Al jugarse en vísperas del inicio de la gira del Swindon Town, se consideró que el partido serviría para seleccionar a los jugadores que integrarían los cuadros representativos de la Asociación Argentina.


Los porteños usaron casaca celeste y blanca, y los rosarinos azul marino con franja horizontal blanca.

El árbitro fue Armando Bergalli, y así se constituyeron ambos conjuntos:

Asociación Argentina: Juan J. Rithner (Porteño); Jorge G. Brown (Quilmes) y Juan. D. Brown (Quilmes); Harold Lloyd (Quilmes), Max Susán (Estudiantes) y Cecil Russ (Quilmes); Elías Fernández (San Isidro), Leslie Bownas (Estudiantes), Sidney Buck (Quilmes), Arnoldo Watson Hutton (Belgrano Athletic) y Juan Perinetti (Racing).

Liga Rosarina: Belisario Osuna (Argentino); Zenón Díaz (Rosario Central) e Ignacio Rota (Rosario Central); Juan Díaz (Rosario Central), Caraciolo González (Newell’s Old Boys) y Pablo Molina (Rosario Central); Conrado Grieshaber (Tiro Federal), Manuel P. González (Newell’s Old Boys), Guillermo Dannaher (Tiro Federal), Harry Hayes (Rosario Central) y José Viale (Newell’s Old Boys).


El primer cuarto de hora fue muy movido, con un intenso trajinar de ambas defensas que se enfrentaban a codiciosos y hábiles delanteros. La primera novedad se produjo cuando Osuna rechazó a medias un tiro corto de Buck. El arquero quedó en el suelo por el esfuerzo y Elías Fernández alojó la pelota en la red con toda comodidad. El gol porteño dio mayor empuje a los rosarinos y a los pocos minutos llegó el empate. Hayes combinó con Viale y el puntero sirvió el centro. Recibió la pelota Dannaher, solo frente al arco de Rithner, y lo dejó sin chances.


El quinteto ofensivo rosarino jugó maravillosamente. Hubo entre todos un perfecto entendimiento y una firme resolución. Los Brown y el arquero Rithner tuvieron una tarea abrumadora.


A la media hora de juego volvió a caer la valla porteña, obra de otra combinada acción entre Viale y Dannaher. El centro delantero se movilizó en última instancia, eludió a uno, a dos y a tres hombres, y en elegante y profunda maniobra conquistó el segundo tanto rosarino. El centro delantero de la Asociación, Buck, pretendió hacer lo mismo y salvó el escollo de algunos adversarios. Cuando intentó esquivar a Osuna, éste le tomó de la camiseta. El penal lo convirtió Jorge Brown. Dos a dos.


En la etapa final, Buck marcó el tercer gol porteño a los 24 minutos. Este tercer gol porteño marcó el definitivo despertar rosarino, como lo demostró Lito González con un impulso extraordinario. Entró como un aluvión, gambeteó a Russ y Susán, esquivó a los Brown, y ya frente a Rithner disparó con potencia. El arquero desvió la pelota hacia un costado donde Harry Hayes, entrando a la carrera, señaló el tanto. Rosario se encaminó entonces a la victoria, y fue Grieshaber el encargado de concretarla. De la izquierda llegó un oportuno remate de Viale que dio en el travesaño, y de resultas del entrevero el puntero derecho rosarino batió por cuarta vez a Rithner.


La Liga Rosarina venció brillantemente a la Porteña por 4 a 3, un éxito que fue recibido con enorme entusiasmo entre los aficionados rosarinos. Un asunto que causó grata impresión fue que el cuadro rosarino estuvo integrado por jugadores argentinos, mientras que en el combinado porteño actuaron jugadores extranjeros. Esta hermosa victoria provocó satisfacción entre los verdaderos amantes del football pues, por regla general, la composición de los combinados internacionales dependía casi exclusivamente de los jugadores que militaban en equipos de la Capital Federal. A partir del magnífico juego del ataque rosarino, quedó muy en claro que existía por delante un amplio campo de donde seleccionar a los mejores representantes para los futuros partidos internacionales.



Cabe recordar que este partido acentuó el diferendo entre la Asociación Argentina de Football (AAF) y el Club de Gimnasia y Esgrima, pues las autoridades del ente rector impidieron que los socios del club accedieran a su estadio sin abonar entrada. El mismo proceder se estableció para todos los partidos de la gira del Swindon Town programados en el estadio de Palermo.

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2.3 El programa de partidos de la gira
Para los partidos del Swindon Town, la AAF resolvió convenir con el Club de Gimnasia y Esgrima la introducción de reformas para aumentar la capacidad el estadio de Maldonado. Se consideró que, con nueva gradería convenientemente dispuesta, se podría llegar a admitir hasta veinticinco mil espectadores.


El estado del campo de juego también recibió especial atención, para evitar que las lluvias propias de la época impidieran jugar los partidos en condiciones apropiadas.

El programa de partidos con los profesionales ingleses fue objeto de muchas idas y vueltas, sobretodo por las dificultades que suponía la inclusión de partidos en las ciudades de Rosario y Montevideo. La agenda acordada finalmente fue la siguiente:


Este programa presentó como novedad la organización de dos partidos contra cuadros combinados por agrupaciones geográficas de los clubes porteños. Se buscó de esta manera involucrar a todos los clubes de la 1ª división de la AAF, pues en giras anteriores sólo los equipos más fuertes —como Alumni y Belgrano Athletic— habían sido convocados para enfrentar a los visitantes allende el océano.

El Combinado Norte comprendió jugadores de los clubes Belgrano Athletic, Gimnasia y Esgrima, Estudiantes y San Isidro.



El Combinado Sud se nutrió de los players de Racing Club, River Plate, Quilmes Athletic, Estudiantes de La Plata y Porteño (que en ese entonces no poseía field propio).



Cabe notar que Alumni, el campeón de 1911 de la AAF, fue excluido del torneo de 1912 al no presentar equipo en las tres primeras fechas. Inmediatamente se levantaron voces en favor de aprovechar la llegada del Swindon Town para organizar un partido despedida del viejo equipo del English High School. Sin embargo, esta loable iniciativa no llegó a concretarse pues los principales jugadores de Alumni migraron a otros equipos (Belgrano Athletic, Quilmes), y en representación de estos clubes integraron los cuadros combinados que enfrentaron al Swindon Town.

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3. PARTIDOS DEL SWINDON TOWN
3.1 Domingo 16 de junio vs. Combinado Norte
El domingo 16 de junio una enorme concurrencia ocupó totalmente las tribunas del Club de Gimnasia y Esgrima. A la hora de comenzar el partido, no menos de 20.000 personas colmaron las dependencias del field para presenciar el primer partido del Swindon Town.


En el peloteo de práctica del cuadro inglés, pudo admirarse una extraordinaria fuerza y puntería en el shot, cualidades que sin embargo no desplegaron durante el transcurso del juego.


A las órdenes del referí Héctor Alfano, los teams formaron así:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Billy Silto y Matty Lochhead; Bob Jefferson, Billy Batty, Alex McCulloch, Archie Bown y Sammy Lamb.

Combinado Norte: Carlos Wilson (San Isidro); Sidney Parkinson (Estudiantes) y William Millward (Belgrano Athletic); José Morroni (San Isidro), Max Susán (Estudiantes) y Juan Rossi (San Isidro); Elías Fernández (San Isidro), Julio Fernández (San Isidro), José Castelao (Gimnasia y Esgrima), Arnoldo Watson Hutton (Belgrano Athletic) y Alfredo Meira (San Isidro).


 A los 20 minutos del primer tiempo se registró un instante de intensa emoción, de esos que provocan momentos de ansiedad y expectativa en las muchedumbres congregadas en los fields. Los hermanos Fernández encabezaron un avance a cuya terminación Elías dirigió el centro. Watson Hutton lo recibió y echó la pelota hacia adelante. Castelao arremetió, pasó a Kay quien le había salido al encuentro, y alcanzó la pelota a pocos metros del gol. En ese momento, la poca distancia que lo separaba del arquero le impidió dar dirección conveniente al tiro, que salió recto hacia Skiller, quien alejó la pelota en ese instante. La muchedumbre que rodeaba el campo de juego estuvo pendiente de esta incidencia, en la que el gol parecía inevitable, sobre todo dada la formidable potencia del shot de Castelao y la seguridad de ese forward, quien no pudo tomar bien la pelota y resbaló cuando el guardavalla del Swindon parecía indiscutiblemente vencido.



El partido terminó empatado en 2 goles, todos marcados en el segundo tiempo. El team inglés sacó dos goles de diferencia por intermedio de Bown (50’) y Jefferson (66’), pero el Combinado Norte consiguió empatar en las postrimerías del match, gracias a las conquistas de Watson Hutton (75’) y Castelao (88’).



En el Combinado Norte actuó en forma encomiable el arquero Carlos Wilson. Elías y Julio Fernández formaron en el ataque una excelente ala derecha: tenaz, hábil y combinadora. Watson Hutton jugó un buen match, pues resultó la figura saliente del quinteto ofensivo cuyos a avances promovió en la mayoría de los casos.



El resultado del match fue toda una sorpresa. Un empate en dos goles entre un cuadro del poder del Swindon Town y otro integrado por tan solo parte de los mejores elementos locales, causó profundo y explicable estupor. El fracaso del Swindon Town (pues de otro modo no puede titularse un empate con un team de aficionados), respondió sin dudas a la fatiga del largo viaje al que sus hombres no estaban acostumbrados. En la semana que precedió al partido sólo practicaron en una ocasión, e hicieron training consistente en prolongadas corridas a paso rápido también una sola vez. Con esta preparación se dieron por satisfechos, pues consideraron que la oposición que les presentaría el combinado local no llegaría al grado de competir con ellos, ni siquiera en uno de sus peores días.



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3.2 Sábado 22 de junio vs. San Isidro
La AAF resolvió que el segundo partido de la gira se jugara frente al team del Club Atlético San Isidro, el sábado 22 de junio en la cancha de Palermo. Se especuló que como este encuentro era uno de los pocos programados en día hábil, se contaría con la presencia del gran forward inglés Fleming—quien no jugaba los días domingo por razones religiosas— pero la estrella inglesa no paticipó del juego.


 Ofició de árbitro José Susán, y los equipos salieron a la cancha así formados:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Jimmy Kennedy y Billy Silto; Tommy Bolland, Alex McCulloch, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Sammy Lamb.

San Isidro: Carlos Wilson; Juan Bello y Alberto Olivari; Juan Goodfellow, José Morroni y Juan Rossi; Elías Fernández, Julio Fernández, Alberto Costas, Roberto Hulme y Alfredo Neira.



El team inglés se impuso netamente desde el comienzo del partido y marcó 4 goles contra 1 gol de San Isidro. En el primer tiempo señalaron Burkinshaw (17’) y Bown (38’). En el segundo período descontó Julio Fernández (63’), pero Burkinshaw (73’) y McCulloch (77’) cerraron la victoria inglesa.


El notable tercer gol de Swindon Town dejó sin duda un recuerdo imborrable. Se produjo en la siguiente forma. Burkinshaw y McCulloch avanzaron combinando desde la mitad del field con pases largos y precisos. Llegaron hasta el arco sin que la defensa lograse impedir en lo más mínimo la jugada. Ya próximo al arco, Burkinshaw tiró con violencia y anotó el gol. Formidable fue el shot.


 En este segundo partido el equipo de Swindon Town mostró un mejor entrenamiento y dio la justa medida de su potencial de juego. La actuación fue más lucida, principalmente en lo concerniente a su línea de ataque, que jugó con acierto y proporcionó una agradable demostración.


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3.3 Domingo 23 de junio vs. Combinado Sud
En el tercer partido Swindon Town enfrentó a un combinado de jugadores de los clubes ubicados al sur de esta capital. Se suponía que, dada la calidad de los jugadores militantes en estos equipos, el cuadro local ofrecería a los profesionales una resistencia aun más seria que la presentada por el Combinado Norte. Dada la expectativa creada, la tribunas del estadio de Gimnasia y Esgrima volvieron a registrar una nutrida afluencia de espectadores.



El referí fue Hugo Gondra, y los teams estuvieron así formados:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Jimmy Kennedy y Billy Silto; Bob Jefferson; Alex McCulloch, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Tommy Bolland.

Combinado Sud: Juan J. Rithner (Porteño); Arturo Chiappe (River Plate) y Juan D. Brown (Quilmes); Lionel Peel Yates (Quilmes), Cecil Russ (Quilmes) y Santiago Sayanes (Racing Club); Sidney Buck (Quilmes), Alberto Ohaco (Racing), Ricardo González Bonorino (Estudiantes de La Plata), Antonio Ameal (River Plate) y Juan Perinetti (Racing Club).



A poco de iniciado el partido el arquero Juan José Rithner hizo una salvada notable. Jefferson enfiló la pelota al arco y el guardavalla la rechazó. La pelota cayó a poca distancia y Bown la tomó con violencia. Rithner, arrodillado, evitó el tanto brillantemente. Poco después Rithner fue puesto a prueba cinco veces consecutivas, en dos de las cuales debió atajar tiros cruzados y recios que dirigieron Jefferson y Bown. En otra oportunidad el arquero local se tiró a los pies de Burkinshaw, que avanzaba solo y le quitó la pelota. Una justa ovación saludó la intervención del goalkeeper del club Porteño.


El partido terminó con la victoria del Swindon por dos goles a cero, con sendas anotaciones de Bown (a los 27’ y 81’).


Los huéspedes se revelaron en todo momento jugadores conscientes, rápidos y hábiles, individual y colectivamente considerados. Su juego superó en mucho, por lo expeditivo, al que realizaron frente al team del Norte. Fuera de dudas el mejor hombre del Swindon resultó ser el back Walker, convertido en la bestia negra de Buck. Por orden de méritos le siguieron Jefferson y McCulloch. El resto de sus componentes fueron discretos, pero siempre eficaces.


 El Combinado Sud resulto ser un cuadro poco homogéneo, que no supo estar a la altura de las circunstancias. A la defensa, y muy especialmente a Juan Brown, se debe que el score final no haya sido mayor. Fue la gran figura del eleven y así lo sancionó el público, que lo ovacionó en cada una de sus magistrales oportunidades.


Rithner pudo demostrar que es un gran arquero, pero su actuación no estuvo a la altura de la que alcanzó Wilson en el match inicial de la serie. La línea media estuvo constituida por un solo hombre, Russ, pues sus compañeros apenas tocaron la ball. La línea delantera resultó ineficaz y fue fácilmente neutralizada. Ameal tuvo sus momentos, pero decayó sensiblemente. Perinetti se empeñó en proporcionar juego a los contrarios, y Buck, lo poco que hizo lo hizo a desgano, aunque es bien cierto que Walker se convirtió en su sombra mala.



El árbitro Hugo Gondra incurrió en una serie de errores que el público reprobó a base de silbidos y gritos destemplados.


Sin embargo, Gondra había probado en matches anteriores ser un buen referí. Sin entrar en apreciaciones enojosas, cabe preguntarse si no fue el ambiente agresivo que le esperaba lo que influyó en sus yerros. Desde hacía ya algún tiempo el gentío congregado para ver partidos internacionales se sostenía dentro de los límites de la buena compostura. Pero el público local no supo contener sus iras, legítimas o infundadas, y al término del match algunos espectadores persiguieron a cascotazos al referí, y alguien alcanzó a manosearlo.


Al cabo de los tres primeros partidos de la gira, la prensa local extrajo sus conclusiones sobre la real valía del elenco visitante:

- la mayor bondad de Swindon Town reside en su defensa, integrada por Skiller, Walker y Kay, muy poderosa por cierto;

- en la línea media alternaron los titulares Silto y Tout con Lochhead (suplente de Handley que no vino a la gira) y Kennedy (quien recién fue transferido de Tottenham y debutó en Swindon en el partido del sábado contra San Isidro), cuya fama está muy bien acreditada;

- la línea de forwards no alcanza igual talla que el resto del equipo. Es fácil hallar una explicación a esta situación, pues varios de los delanteros que vinieron a la gira no son titulares en el team que juega en Inglaterra. Bown es reserva de Fleming (lo que no le resta mérito alguno, pues para ser suplente de quien tiene la fama de éste es necesario ser un jugador sobresaliente). El centro forward titular Wheatcroft no integró la delegación y fue reemplazado por Burkinshaw y MacCulloch. Se aprovechó la ocasión para probar a Batty, un jugador nuevo de quien se espera mucho, pero que quedó algo sentido luego del primer match. Jefferson y Lamb son los únicos titulares del quinteto ofensivo, pero en dos de los partidos fueron sustituidos por Bolland (un winger que juega indistintamente en ambas alas);

- no dudamos que una vez que los jugadores nombrados se acostumbren a nuestro ambiente, su juego será un fiel reflejo de su forma en Inglaterra. Sin embargo, reservamos nuestro juicio sobre el verdadero valor de las lecciones para las cuales fueron contratados;

- desde ya expresamos la firme convicción que el football nacional mejoró mucho desde la visita del Southampton, aunque nos equivocábamos en creer que los mayores progresos habían sido el ataque, pues resulta que hasta ahora es en las líneas defensivas donde se alcanzó la mejor performance.

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3.4 Sábado 29 de junio vs. Liga Rosarina (en Rosario)
Para el cuarto partido de la gira la AAF resolvió enviar al equipo inglés a la ciudad de Rosario, para jugar con un combinado de la liga local. El cuadro inglés arribó por tren el sábado 29 de junio, el mismo día del partido.

Las acotadas performances de Swindon Town en sus primeros tres partidos y el innegable crecimiento registrado por el futbol rosarino, alentaban las esperanzas de la afición local. ¿Podrían los británicos repetir las goleadas de años anteriores? ¿Estarían los rosarinos en condiciones de hacerle frente a los maestros del juego? Nunca fue más real la expectativa generada.


Las entradas se pusieron en venta en la casa Damby y Wilson de la calle Santa Fe, entre Mitre y Entre Ríos, frente al Correo Central, y en el local de la Liga de la calle Córdoba. Se cobró $ 3,00 la tribuna oficial con entrada, $ 1,50 las señoras, $ 1,00 la entrada general y 50 centavos los menores de edad. Seis mil personas acudieron al field del Club Atlético Argentino en el Parque Independencia, prueba inequívoca del interés despertado por este match.


El árbitro fue Alberto Olavarría Le Bas (destacado jugador de Rosario Athletic) y los equipos así se alistaron:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Jimmy Kennedy y Matty Lochhead; Tommy Bolland, Billy Batty, Alex McCulloch, Archie Bown y Sammy Lamb.

Liga Rosarina: Belisario Osuna (Argentino), Tomás Hamblin (Newell’s Old Boys) y Roberto Roberts (Argentino), Juan Díaz (Rosario Central), Caraciolo González (Newell’s Old Boys) y Pablo Molina (Rosario Central); Manuel P. González (Newell’s Old Boys), Carlos Guidi (Tiro Federal), Guillermo Dannaher (Tiro Federal), Harry Hayes (Rosario Central) y José Viale (Newell’s Old Boys).


El comienzo del combinado rosarino fue brillante. En los primeros minutos jugó con aplomo y suficiencia. El quinteto delantero maniobró con admirable entendimiento y sus ágiles hicieron un derroche de habilidad que puso en apuros a la defensa británica. Pero a los 10’ en una carga a fondo de la visita Caraciolo González incurrió en penal. Batty ejecutó el tiro en medio de una gran expectación, pero Osuna contuvo la pelota entre los frenéticos aplausos de la concurrencia.

Lugo del apurón Rosario renovó sus tentativas sobre el área enemiga, y a los 17 minutos de juego estos esfuerzos cristalizaron. En una magnífica acción, Carlos “Milán” Guidi tomó un espléndido pase largo de Viale dirigido de izquierda a derecha, quebró la resistencia de la defensa británica y venció al guardavalla Skiller. Fue el primer gol internacional en la historia del fútbol rosarino, y fue saludado con una ovación ensordecedora. Siete minutos más tarde Bown (24’) empató el partido. En la etapa final Batty (46’) sorprendió a Osuna y señaló el segundo gol con un certero cabezazo. La tercera caída del arco rosarino se debió a un tiro débil de McCulloch (68’), que pegó en el travesaño y entró en la valla sin dificultad.

En definitiva Swindon Town venció por 3 goles a 1, pero el comportamiento del team británico dejó mucho que desear. En un determinado momento, y ante una infracción del guardavalla visitante, el árbitro ordenó un free-kick que los ingleses protestaron como si se tratara de chicos de cuarta división de nuestros campeonatos. Los jugadores ingleses además pusieron en juego mañas que emplearon con todo descaro. Las brusquedades que empleó el team visitante empañaron su juego y dejaron una pésima impresión. La crítica periodística emitió estos conceptos después del match: lo que tienen de buenos players, también lo tienen de pésimos sportsmen.

Pero estos contrastes no alteraron el clima de camaradería entre locales y visitantes. La delegación británica fue agasajada con un banquete ofrecido en el tradicional Bar Cifré (o Bar Victoria) ubicado en la esquina de las calles Córdoba y San Martín del centro de la ciudad.



El cotejo no respondió plenamente al interés despertado entre los aficionados. Los primeros minutos fueron los mejores, pero en el segundo tiempo el juego decayó por la acción decidida que exhibieron los británicos. Antes de emprender el regreso a su patria, los internacionales de la Liga del Sur declararon que los primeros veinte minutos de juego en Rosario fueron los más fuertes y en los que se vieron más apurados durante la gira por Sud América.

La prensa local afirmó categóricamente el progreso evidenciado por el fútbol rosarino: confesemos con toda franqueza que en materia de fútbol ya no necesitamos lecciones de nadie. Fueron términos elocuentes. Los jugadores rosarinos exhibieron virtudes que los revelaron como verdaderos eximios del juego. Demostraron pleno dominio del fútbol, clase extraordinaria, suficiencia, prestancia y alta técnica. Hicieron escuela de un arte propio. Fue la cabal demostración del estilo rosarino, que haría historia.

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3.5 Domingo 30 de junio vs. Asociación Argentina de Fútbol
El quinto partido de la gira, uno de los que más interés despertaba, se programó el domingo 30 de junio frente a un combinado de la AAF integrado por jugadores porteños y rosarinos. Cabe notar que este partido se jugó al día siguiente del match disputado en Rosario, luego de un incómodo viaje de regreso en tren a la Capital Federal, en el que presumiblemente los jugadores ingleses (y los 3 rosarinos que se sumaron al combinado local) no pudieron dormir bien. Una multitud que excedía los 20.000 espectadores cubrió las tribunas del estadio de Gimnasia y Esgrima en Palermo.


A las órdenes del referí, Armando Bergalli, los teams se constituyeron de la siguiente forma:

Swindon Town: Len Skiller; Matty Lochhead y Jock Walker; Corby Woolford, Jimmy Kennedy y Billy Tout; Bob Jefferson, Alex McCulloch, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Sammy Lamb.

Asociación Argentina de Football: Carlos Wilson (San Isidro); Jorge G. Brown (Quilmes) y Juan D. Brown (Quilmes); Cecil Russ (Quilmes), Max Susán. (Estudiantes) y José Morroni (San Isidro); Elías Fernández (San Isidro), Guillermo Dannaher (Tiro Federal), Arnoldo Watson Hutton (Belgrano Athletic), Harry Hayes (Rosario Central) y José Viale (Newell’s Old Boys).


A los 8 minutos del primer tiempo, el combinado local abrió el score por intermedio de Dannaher. Los ingleses reaccionaron durante la primera mitad y convirtieron a través de Burkinshaw (23’) y Lamb (32’). En el segundo tiempo, otra vez Dannaher (61’) dio cifras definitivas al marcador.




En el segundo período Watson Hutton y Dannaher trocaron sus puestos en la línea de ataque, en tanto que Russ pasó a la derecha de la intermedia, Morroni al centro y Susán a la izquierda. Estos cambios dieron evidentemente mayor poder al equipo de la AAF, que a partir de ese momento se desempeñó en mejor forma.


Se produjo en este match una incidencia curiosa. Hayes y Viale atacaron por el extremo izquierdo y el primero dirigió un excelente tiro final, que no obstante fue detenido por Skiller, quien desvió la pelota hacia la derecha y cayó al suelo. Arremetieron entonces Hayes, Viale y Watson Hutton, y se produjo un entrevero en el que algunos forwards cayeron sobre Skiller. Finamente la pelota fue sacada por Hayes y alojada en la red. El referí sancionó hands del goleador, anuló el tanto y otorgó al Swindon un puntapié libre. La decisión provocó grandes protestas por parte del público.


Los últimos minutos de este encuentro se disputaron en medio de gran entusiasmo del público, que reclamaba insistentemente a los jugadores locales situados en la ofensiva en forma bien decidida.



El resultado final fue el mismo del primer partido (empate en dos goles), no obstante ser el cuadro de la AAF mucho más fuerte que el combinado del Norte. Esta fue una de las tantas sugerentes revelaciones proporcionadas por la actuación del Swindon Town que hicieron dudar de su real valía.

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3.6 Jueves 4 de julio vs. Estudiantes
El sexto partido se disputó el jueves 4 de julio frente al Club de Estudiantes. Bien se sabía que el equipo local poco podía hacer frente al cuadro inglés. Esta circunstancia, sumada al hecho de jugarse en un día de labor, contribuyó para que asistiese escaso público al estadio de Gimnasia y Esgrima en Palermo.

Los teams se integraron de la siguiente forma:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Matty Lochhead y Alex McCulloch; Bob Jefferson, Billy Batty, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Tommy Bolland.

Estudiantes: Alfredo Schneidewind; Sidney Parkinson y Roland Lennie; Juan Stidson, Max Susán y Germán Winne; José Luperne, Leslie Bownas, Amilcar Spinelli, Arturo Maiztegui y José Susán.


El triunfo del Swindon Town se produjo por 4 goles a 0. Los goles fueron marcados por Bown en tres oportunidades (a los 23’, 34’ y 51’) y Burkinshaw (a los 28’).

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3.7 Domingo 7 de julio vs. Uruguayos (en Montevideo)
Para el séptimo partido el Swindon Town viajó a Uruguay el domingo 7 de julio. La importancia de la visita quedó reflejada en los preparativos del once uruguayo, que disputó algunos partidos de práctica que atrajeron hasta dos mil espectadores. El match se jugó en el Gran Parque Central de Montevideo, y como es fácil suponer, fue presenciado por una numerosa concurrencia.

A las órdenes del árbitro local Álvaro Saralegui, los equipos se presentaron con las siguientes alineaciones:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Jimmy Kennedy y Matty Lochhead; Bob Jefferson, Alex McCulloch, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Sammy Lamb.

Liga Uruguaya: Cayetano Saporiti (Wanderers); José Benincasa (River Plate FC) y Martín Aphesteguy (Wanderers); Jorge Pacheco (Nacional), José Durán Guani (Bristol) y Ramón Ríos; Vicente Módena (River Plate FC), Lucio Gorla (Nacional), Pablo Dacal (Nacional), Carlos Scarone (Nacional) y Juan Carlos Campisteguy (Bristol).


El Swindon Town venció por 3 goles a 0. El primer gol lo marcó el winger izquierdo Sammy Lamb a los 34 minutos de juego. Sobre el final del segundo período el insider izquierdo Archie Bown marcó 2 tantos en el acotado espacio de 1 minuto (y un tercer gol le fue anulado por considerárselo offside).


Alex McCulloch —el insider derecho de Swindon Town— ratificó en Montevideo la buena impresión producida en Buenos Aires, y en el partido contra los uruguayos actuó brillantemente. Era característica la forma en que engañaba a los hombres que lo cuidaban, situación que contribuyó a cimentar la popularidad de este jugador. Jorge Pacheco y José Benincasa se comportaron a la altura de las grandes jugadores y estuvieron realmente notables.


Si bien el match terminó 3 a 0 para los visitantes, el resultado no amilanó a los uruguayos. El diario “El Día” anunció al día siguiente que el fútbol local había confirmado sus progresos y que el resultado había sido injusto. El periódico recordó que en los partidos de años anteriores —desde el Southampton hasta el Everton— los visitantes podían jugar a su antojo. Ahora Uruguay les hacía frente a sus oponentes y determinaba cuándo ser protagonista o mantenerse a la defensiva. Cara a cara con un equipo profesional inglés, los uruguayos demostraron estar a la altura del desafío.


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3.8 Martes 9 de julio vs. Argentinos
El octavo y último partido de la gira del Swindon Town se jugó en el estadio de Maldonado el martes 9 de julio (feriado nacional), frente a un team combinado de jugadores Argentinos. La derrota de los Uruguayos por un score significativo en el partido jugado dos días antes aumentó considerablemente la expectativa generada por este match, consecuentemente, una multitud se dio cita en el estadio de Gimnasia y Esgrima en Palermo.


Horacio Alfano fue el réferí del encuemantro y los equipos se alistaron así:

Swindon Town: Len Skiller; Harry Kay y Jock Walker; Billy Tout, Matty Lochhead y Billy Silto; Bob Jefferson, Alex McCulloch, Jack Burkinshaw, Archie Bown y Sammy Lamb.

Argentinos: Carlos Wilson (San Isidro); Jorge G: Brown (Quilmes) y Juan D. Brown (Quilmes); Ernesto Brown (Quilmes), Max Susán (Estudiantes) y José Morroni (San Isidro); Elías Fernández (San Isidro), Guillermo Dannaher (Tiro Federal), Arnoldo Watson Hutton (Belgrano Athletic), Harry Hayes (Rosario Central) y José Viale (Newell's Old Boys).


Este partido fue la revancha del jugado el domingo 30 de junio que terminó empatado en dos goles, pero en el combinado local Ernesto Brown reemplazó a Cecil Russ (quien había nacido en Inglaterra), y por eso se adoptó la denominación de Argentinos.




El Swindon obtuvo la victoria por 1 gol a 0. Debe consignarse que aquel solitario gol, marcado con un magistral golpe de cabeza por Jefferson al recibir un centro de Lamb, fue uno de los más espléndidos jamás señalados en nuestros fields.


Ciertamente se han visto en nuestras canchas goles notables que siempre se recordarán. Pero no hay duda de que entre ellos, el que Bob Jefferson señaló en el partido contra Argentinos impresionó con caracteres imborrables. A los 12 minutos del segundo período Lamb, el winger izquierdo inglés, llegó con la pelota hasta el ángulo derecho del campo argentino. Con una velocidad increíble, no se detuvo sino hasta hallarse casi sobre la línea de toque, y desde allí dirigió el centro al área penal. Rapidísimo, y sin que se le viese surgir del conjunto de jugadores situados en ese momento frente a la valla, Jefferson saltó sin perder un segundo y alcanzó la pelota con su cabeza, impulsándola con tanta precisión y habilidad que señaló el gol con una violencia propia de un shot formidable. El portero Wilson ni siquiera tuvo tiempo de moverse. Fue un gol soberbio, realmente un gol maestro.


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4. CONCLUSIONES
4.1 Enseñanzas y reflexiones
Las opiniones que levantó la visita del Swindon Town en los medios locales fueron encontradas. Algunos se sintieron defraudados por la ausencia de scores contundentes, como los que habían conseguido los equipos profesionales que nos habían visitado en anteriores oportunidades. Otros en cambio pusieron en relieve los progresos del fútbol local, y prestaron la debida atención a las técnicas de juego desarrolladas por los visitantes. Se extractan a continuación los principales conceptos que sostuvieron ambas opiniones…

La importancia y el verdadero objeto que tuvieron las visitas de Southampton (1904), Nottingham Forest (1905) y Everton/Tottenham (1909) no volvieron a renovarse en 1912 con motivo de la visita de Swindon Town. No porque éste fuera un team de escasos méritos, sino porque se olvidó que la misión primordial era la de enseñar buen y científico football. En su lugar se pretendió halagar al público local con resultados que aparecieron en completa contradicción con los antecedentes del cuadro contratado (uno de los principales de la Liga del Sur de Inglaterra y semifinalista de la English Cup).

Sobre un total de 8 partidos jugados, el Swindon Town obtuvo 6 victorias y 2 empates. Marcó 21 goles y le convirtieron en 6 oportunidades.


Los jugadores ingleses no desplegaron todos sus medios, aunque sí proporcionaron algunas exhibiciones de juego lucido. No actuaron como verdaderos maestros cuando les sobraban condiciones para hacerlo con éxito, y eso fue precisamente lo censurable. Algunos resultados dan a entender que Swindon Town jugó sin emplear todo su poder y escatimó los esfuerzos para hacer menos evidente su superioridad. El partido jugado contra el Combinado Norte (integrado sólo por una parte de nuestros elementos), tuvo el mismo score que el jugado con el team de la Asociación, fuera de toda duda un cuadro mucho más fuerte que aquel. Pero donde más resaltan los hechos sugerentes es en los scores obtenidos en los partidos con los Uruguayos y los Argentinos. Nuestros vecinos perdieron 3 a 0, y a los pocos días el team argentino cayó 1 a 0. Pero el 15 y el 25 de agosto, cuando argentinos y uruguayos se midieron en Montevideo por la Copa Lipton y el Premio de Honor, nuestros jugadores fueron vencidos 2 a 0 en el primer partido y 3 a 0 en el segundo.

Estos datos permiten establecer las siguientes hipótesis:

(i) que el team profesional no tenía el valor atribuido antes de cruzar el océano;

(ii) que no desplegó todo su potencial de juego; y

(iii) que los equipos locales mejoraron tanto desde la visita del Everton en 1909, que ya se encontraban a la par de los buenos teams de aficionados de Inglaterra, y sólo muy poco debajo del de cuadros profesionales que no sean de calidad internacional.

En cuanto al primer punto, no parece que quepa discusión alguna respecto al verdadero valor del Swindon Town. Es cierto que su forward más temible —Fleming— no jugó, y que los titulares Wheatcroft y Handley no fueron incluidos en la delegación (aunque sus reemplazantes fueron jugadores de talla), pero en líneas generales todo el equipo conservó un poderío muy respetable. La defensa y la línea media —constituida por Skiller, Walker, Kay, Tout, Kennedy y Silto— fue de lo mejor que se haya visto en estos lares, y no cabe poner en tela de juicio que seguramente era una de las formaciones más poderosas de Inglaterra.

Admitido esto, hay que reconocer el progreso del juego local. En los matches disputados, la poderosa defensa del Swindon fue vencida en seis ocasiones, y pudo haber sido vencida más veces si se hubieran capitalizado las oportunidades ofrecidas (como fue el caso de Watson Hutton quien erró dos veces en el partido de los Argentinos). Hay que tener en cuenta que contra Everton y Tottenham sólo se registraron dos goles argentinos (marcados por la Liga Argentina, uno en cada partido). El football argentino no ha entonces decaído, sino ha progresado paulatinamente como lo demuestran los resultados obtenidos contra los profesionales ingleses. Ya pasaron los tiempos en los que era posible vencernos por scores elevados. No está lejano el día en el que podremos medirnos en igualdad de condiciones con los que fueron nuestros maestros, siempre que a nuestra presentación le precedan el training y la práctica que tanto contribuyen al poder de un team profesional.

Un análisis técnico más profundo reveló que el pasaje del Swindon Town por nuestras canchas no había sido intrascendente. Veamos...

No faltarán quienes sostengan que las lecciones de los jugadores profesionales del Swindon Town no tendrán resultado práctico alguno en nuestro medio. Los que así se expresan acusan una ignorancia lamentable de lo que hoy constituye el buen football. Este team ha interpretado correctamente su misión entre nosotros. En ningún momento trató de humillarnos con una abrumadora diferencia en goles, a pesar de que hubiera resultado tarea fácil para sus forwards. Al contrario, prefirió jugar buen football, sin manejos dudosos, ni la violencia que su físico y training podían permitirles.

La táctica empleada por el Swindon fue toda una revelación. Los equipos que nos visitaron anteriormente, y en especial el Everton, enseñaron un juego de pases cortos en el que la pelota iba de los backs a los halves, y de éstos a los forwards, hasta que mediante una combinación también de pases cortos alguno de los delanteros se colocaba en situación de efectuar un shot acertado. Los crudos métodos en boga en aquel entonces —a base de atropelladas— fueron rápidamente modificados, y los jóvenes footballers porteños adoptaron el sistema practicado por esos primeros profesores. Así pues, entre nosotros predominó el culto al pase corto, al que ya nos habíamos acostumbrado a considerarlo el mejor.

Pero en buena hora nos visita un cuadro que maniobra diferentemente y demuestra algo nuevo, a base de pases largos que preferentemente alimentan a las alas. Soló los tres halves adoptan el pase corto cuando el juego se mantiene frente a su arco, pero en cuanto pueden practican el pase largo hacia sus wingers, para ponerlos enseguida en posición de shot final. Esta táctica suele hallar a la defensa contraria limitada a dos o tres hombres, y le da tiempo al winger para pasar velozmente hasta pocos metros antes de la línea del gol, y desde allí ejecutar un centro fuerte y preciso que con un solo toque puede ser desviado a la red.

Otro particularidad que apreciamos es que toda la defensa coopera con el ataque de manera pronunciada. Los full backs suben hasta la línea media y se confunden con los halves y los forwards. El goalkeeper juega como tercer back, y se le hacen pases hacia atrás desde respetables distancias. De esta suerte, los offsides se producen con frecuencia. En la defensa los full backs cuidan especialmente a los wingers, y dejan a sus halfbacks la tarea de vigilar a los tres forwards del centro. Así repartidos, siempre hay un hombre disponible para marcar a cada uno de los contrarios. Es evidente que, salvo una marcada superioridad de los adversarios, en la mayoría de los casos esta táctica brindará resultados muy positivos.

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4.2 Las impresiones de los visitantes

El capitán Harold Fleming (quien integró la delegación pero no jugó ningún partido de la gira) manifestó su sorpresa por el buen nivel de football que encontró. Lo conceptuó a la par del de la mayoría de los clubes profesionales ingleses de segunda división, y francamente superior al de aficionados, tanto en Inglaterra como en el continente europeo. Como excepción destacó a los Corinthians, los amateurs ingleses que han adquirido justa fama de ser grandes exponentes del deporte. Para nuestro visitante, los mejores jugadores locales fueron Arnoldo Watson Hutton, Elías Fernández y José Morroni, principalmente este último por su juego a conciencia, muy benéfico para su equipo.


El secretario y manager Mr. Sam Allen se expresó en estos términos: fuimos sorprendidos por la buena clase de football que se juega en la Argentina. Fue muy superior a la que en Inglaterra se nos dijo que podíamos esperar. Muchos de los jugadores que tomaron parte en los partidos de mayor importancia podrían, con facilidad, ganarse la vida como profesionales en Inglaterra.

Se hacen comparaciones entre los resultados de nuestros partidos y los de Everton y Tottenham, pero no se toma en cuenta el indiscutible progreso del juego local. No es justo hacer una comparación de esta índole. Podemos asegurar que en ninguna ocasión los jugadores argentinos nos permitieron lucir un mejor juego y nos tuvieron siempre en jaque. Debimos defendernos con toda nuestra ciencia y habilidad para no caer derrotados. En fin, cada partido nos pareció un "Cup Tie'' (partido de copa de competencia), en el que del resultado dependía la eliminación.

Los jugadores argentinos son ligeros, ágiles y activos, y están acostumbrados a canchas más elásticas que las nuestras, donde la pelota no escurre con la rapidez que notamos en este país. Consideramos que, de todas maneras, el football argentino aún puede mejorar bastante en su juego de conjunto. El mayor defecto que notamos es el deseo de exhibicionismo, el juego individual para lucirse, que no conduce a resultado práctico y hace perder muchas situaciones de positivas ventajas.

Pero donde creemos que hay más necesidad de cambio es en el espíritu deportivo del público. Sabemos que incluso en Inglaterra hay público irrespetuoso y de difícil manejo, pero allí casi siempre se tienen presentes las obligaciones de hospitalidad hacia los huéspedes. Aquí notamos en una pequeña sección del público una intransigencia que debe corregirse. Por ejemplo, cuando en un momento de apuro uno de los nuestros arrojaba la pelota fuera de la línea de toque, se condenaba el acto con silbidos y murmuraciones; mientras tanto, igual táctica adoptada por los jugadores locales, cuanto menos pasaba en silencio o era aplaudida. No dudamos que en breve los sportsmen argentinos, que los conocemos como dignos de nuestra mayor admiración, comprenderán que esta actitud no les hace honor y se enmendarán en este sentido.

En el banquete de despedida que la AAF le ofreció a los visitantes en el Prince George's Hall, el Sr. J. B. Sheridan expresó: vigilaremos de cerca la actuación del Swindon Town durante la próxima temporada en Inglaterra, pues cada victoria que obtuviere también será considerada un triunfo nuestro, desde que será la mejor demostración del progreso del football argentino.


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4.3 El regreso
La delegación del Swindon Town volvió a Inglaterra en el transatlántico Avon, perteneciente a la línea Royal Mail Steam Packet (RMSP).


A su regreso mantuvo en jaque a los equipos profesionales de la Liga del Sur. En el campeonato de 1912/13 ocupó el segundo puesto, con 38 partidos jugados, 20 ganados, 10 perdidos y 8 empatados. Marcó 75 goles y recibió 32, con el agregado que en sus dos últimos partidos —contra los equipos más fuertes— se vio privado del concurso de Walker y Lamb.


En la siguiente temporada (1913/14) se coronó campeón de la Liga del Sur por segunda oportunidad, con 38 partidos jugados, 21 ganados, 8 empatados y 9 perdidos. Marcó 81 goles y le señalaron 41, cifras que fueron decisivas pues Swindon Town empató la primera posición con Crystal Palace, pero obtuvo el título gracias a su mejor gol average (cociente entre goles a favor y en contra).

La primera guerra mundial (1914-1918) tuvo un efecto devastador sobre las filas del Swindon Town, que ya no recuperó el alto nivel alcanzado en la segunda década del siglo XX.


En 1920 Swindon Town comenzó a jugar en 3ª división, cuando la Southern League se incorporó a la English League. A lo largo de los años integró los cuatro niveles en los que se distribuyen los equipos de la English League. En la temporada 1993/94 jugó por única vez en el círculo superior (Premiership), y actualmente milita en el cuarto nivel (League 2).


En 1969, y mientras jugaba en 3ª división, derrotó 3 a 1 en tiempo suplementario al Arsenal en la final de la Copa de la Liga que se disputó en Wembley. Obtuvo así el título más relevante de su larga historia. Las regulaciones vigentes en la época le impidieron disputar al año siguiente la Copa de Ciudades de Feria (antecesora de la actual Europa League), por no ser un equipo de 1ª división.


Pero los recuerdos de aquel magnífico equipo del Swindon Town que visitó la Argentina en 1912 aún están muy presentes. Una estatua de su estrella Harold Fleming se expone en el vestíbulo del County Ground el estadio del club, y una calle de la ciudad lleva su nombre: Fleming Way.


Una placa recuerda el lugar donde vivió Sam Allen, quien dedicó su vida a desarrollar y sostener este añejo club, y durante más de 50 años ocupó los puestos de manager, secretario y director.


Como profundo conocedor del mundo del fútbol, Allen inmediatamente identificó el potencial de este deporte en la región. Al término de la gira de 1912, relató con entusiasmo lo que en el futuro podría llegar a representar el fútbol en el Río de la Plata: nunca vi tanto entusiasmo por el juego como el demostrado en ambas Repúblicas. En todas partes se ve el dominio que tiene el juego en la gente. Los muchachos en la calle, en la orilla del mar y en los callejones, los soldados en el cuartel, todos tienen la fiebre de futbol. Basta mencionar que una sola empresa de Buenos Aires acaba de colocar una orden de compra en Inglaterra de 5.000 pelotas de fútbol de una marca en particular. Los equipos con los que jugamos fueron realmente muy buenos, inteligentes y rápidos. Nos plantearon lucha en cada partido. Están en condiciones de alcanzar grandes avances en el futbol.

¡Palabras premonitorias, sin duda alguna!§

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Fuentes:
El Fútbol en el Río de la Plata - Ernesto Escobar Bavio (1923)
Revistas: Caras y Caretas, PBT, Fray Morcho y Sherlock Holmes (1912)
Anales del Fútbol Rosarino - Cipriano Roldán
www.futbolxxi.net Datos del amateurismo provistos por Pablo Kerservan (@PabloKersevan).