Chacarita Juniors

Hundbolt 300 - San Martín
Chacarita Juniors fue fundado el 1ª de mayo de 1906. En 1912 se afilió a la recién creada Federación Argentina de Football y compitió en el torneo de segunda división (la 3ª categoria). En 1915 un importante grupo de jugadores emigró al club Platense, lo que puso a la institución al borde de la desaparición. En 1921 se afilió a la Asociación Argentina de Football. Escaló rápidamente posiciones hasta obtener el torneo de Intermedia de 1924, que le otorgó el ascenso a la 1ª división.
Equipo de Chacarita que obtuvo el ascenso a 1ª división en 1924.
En 1925 Chacarita Jrs radicó su campo de juego en la manzana delimitada por las calles Hundbolt, Padilla, Darwin y Murillo en el barrio de Villa Crespo, a escasos metros de la cancha que desde 1922 poseía Atlanta en Hundbolt 470.
Primer partido (1ª división): 12 de abril de 1925. Chacarita 1 - San Fernando 1.
Vista aérea de las dos canchas de Chacarita en Villa Crespo (circa 1938).
Último partido en Hundbolt y Padilla (amateur): 12 de abril de 1931. Chacarita 1 - Talleres 1.
Vestuarios (casilla) de la cancha de Hundbolt y Padilla (circa 1925).
Vista aérea de la cancha de Chacarita (circa 1925). En la manzana en diagonal se ve la cancha de Atlanta.
Al iniciarse el profesionalismo en mayo de 1931, Chacarita decidió construir un importante estadio en el predio vecino en Hundbolt al 300 (al lado de la cancha de Atlanta).
Equipo de Chacarita que enfrentó a Nacional de Montevideo en la inauguración del estadio (19 de febrero de 1933).
Chacarita no jugó de local en un estadio propio durante los 2 primeros torneos profesionales (1931 y 1932). El nuevo estadio, inaugurado en 1933, contaba con tribunas en los 4 costados del campo de juego y tenía una capacidad de 35.000 espectadores.
Edición de "La Cancha" (circa febrero de 1933).
Primer partido (inaugural): 19 de febrero de 1933. Chacarita 3 - Nacional de Montevideo 1.
Primer partido (oficial): 12 de marzo de 1933. Chacarita 3 - Tigre 1.
Vista de la tribuna sobre la calle Hundbolt y la cabecera sobre la cancha de Atlanta (circa 1933).
Codo de Hundbolt y Padilla (circa 1933).
Vista general (circa 1933).
Vista aérea de la cancha de Chacarita (y de Atlanta). Circa 1937.
Plano de Villa Crespo en el que se indica la ubicación de las canchas de Cahcarita y Atlanta (circa 1935).
San Lorenzo festeja la obtención del campeonato en la cancha de Chacarita (11 de noviembre de 1933). La chimeneas que se ven en el fondo son de la Usina Incineradora de Residuos de la calle Rodney en Chacarita. Foto aportada por @MuseoSanLorenzo
A fines de 1933 se jugó en este estadio la final de la Copa Competencia entre Racing y San Lorenzo, clara señal de que el estadio era considerado uno los principales escenarios fubolísticos de la Capital Federal.
Racing 4-0 San Lorenzo (26 de noviembre de 1933). Final de la Copa Competencia
En este estadio Chacarita no obtuvo títulos en primera división.
Vista de la tribuna cabecera sobre la cancha de Atlanta (circa 1934).
En 1940 Chacarita descendió a segunda división, pero regresó a primera al año siguiente.
Vista general (1934). Aún es posible ver el lugar que ocupaba la cancha anterior hasta 1931.
En 1935 se iluminó el estadio mediante la instalación de cuatro grandes columnas metálicas entre las que se tensaron cables de los que pendían los luminarias sobre el campo de juego.
Sistema de iluminación del campo de juego de Chacarita (circa 1935).
Velez-Temperley en Villa Crespo (5 de mayo de 1942). El partido, correspondiente al campeonato de 2ª división se suspendió al desprenderse uno de los cables del sistema de iluminación.
El terreno del estadio era alquilado. En 1941, una compañía vinculada a Atlanta lo compró para cedérselo a esta institución. Chacarita reivindicó su derecho a permanecer en el lugar hasta diciembre de 1943 y selló un acuerdo judicial. Llegada la fecha, se quedó 1 año más amparándose en un decreto vigente sobre alquileres. Finalmente fue desalojado en diciembre de 1944.
Último partido (1a. división): 22 de noviembre de 1944. Chacarita 6 - Huracán 3.
Último partido (2a. división): 16 de diciembre de 1944. Colegiales 2 - Temperley 2.
Equipo de Temperley que disputó con Colegiales el último partido en el estadio de Chacarita en Villa Crespo (16.12.44).
Chacarita se abocó a trasladar su estadio unos 8 km. en dirección noroeste, a la localidad de San Martín (Villa Maipú) en la provincia de Buenos Aires, cerca del límite con la Capital Federal.
Croquis de ubicación del estadio de Chacarita en San Martín.
Trabajos en el estadio de Chacarita en San Martín (circa 1945).
Montaje del estadio de Chacarita en San Martín (circa 1945).
Al cabo de 141 días de ardua labor, el 8 de julio de 1945 Chacarita inauguró su nuevo estadio con una gran fiesta a la que asistieron más de 30.000 personas.
Inauguración del estadio de Chacarita (8 de julio de 1945).
Primer partido (inaugural): 8 de julio de 1945. Chacarita 0 - River Plate de Montevideo 1.
Inauguración del estadio (8 de junio de 1945).
Primer partido (oficial): 15 de julio de 1945. Chacarita 2 - Lanús 2.
Inauguración del estadio de Chacarita (8 de julio de 1945).
Los medios de la época reflejaron en sus páginas la gesta de esta institución.
Revista El Gráfico (circa julio de 1945).
Edición de "Campeón" (diciembre de 1945).
La mudanza a San Martín le permitió a Chacarita, que ya era una divisa muy popular, aumentar el tamaño de su afición pues en la zona no había otros equipos de primera división.
Banco de suplentes y platea baja (circa 1981). Fotografía aportada por @Centrojas.
Vista de la tribuna oficial (circa 1990).
El siguiente video, extractado del partido jugado el 26 de marzo de 1967 frente a San Lorenzo por la 4ª fecha del campeonato Metropolitano, provee algunas imágenes del aspecto que presentaba el estadio en aquella época.
Chacarita jugó aquí los partidos de local del Campeonato Metropolitano de 1969, su único título en primera división.
Edición del diario Clarín del 7 de julio de 1969.
Vista de la tribuna oficial con los nombres de los integrantes del plantel campeón en 1969 (circa 1990).
Tribuna cabecera local (circa 1990).
Vista de la tribuna cabecera visitante (circa 1990).
Boleterías del estadio construidas debajo de la tribuna general (circa 1990).
Vista general del antiguo estadio de Chacarita en San Martín. Fotografía aportada por @Centrojas.
En 2005 se decidió desmantelar el viejo estadio y comenzar a erigir uno nuevo.
Último partido (1a. B nacional): 21 de octubre de 2005. Chacarita 3 - Tigre 0

El siguiente video resume el desmantelamiento del viejo estadio y la construcción del nuevo:

El nuevo estadio se inauguró parcialmente el 30 de enero de 2011 y aún está en construcción.
Vista del estadio de Chacarita Juniors (circa 2013).
Proyecto de estadio de Chacarita Juniors (circa 2013).
A fines de 1934, la redacción de la revista Caras y Caretas encomendó a Emilio Dudeló una serie de artículos sobre los orígenes de los 14 equipos de fútbol que ese año completaron el torneo de la Liga Argentina. Cabe notar que, en aquel tiempo, la mayoría de los clubes tenía menos de 30 años de antigüedad y varios de sus fundadores fueron entrevistados. No fue una tarea de investigación (hay datos errados), sino de compilación de lo que hasta ese momento sólo eran anécdotas que se transmitían por tradición oral. Con el tiempo, estos artículos se convirtieron en documentos esenciales que ayudaron a preservar la rica historia del fútbol en la Argentina.

Se transcribe a continuación el artículo completo correspondiente al Club Atlético Chacarita Juniors:
En este link podés descargar el PDF del artículo original con fotos.

El Club Atlético Chacarita Juniors está ligado a la pintoresca historia del fútbol porteño De los recuerdos de don Miguel Cané. – En las páginas de "Juvenilla”. – La Chacarita de los Colegiales. – Cuna de un club de fútbol. – Una suscripción de diarios viejos. – Un comisario de la 33 donó la primera pelota. – De un centro socialista a una lechería. – Andanzas y finanzas de Chacarita Juniors. – Reorganización y camino del progreso. – Afiliación a la Liga. – Rumbo al éxito. – El club que en menos tiempo realizó la mejor carrera.

Donde estuvo la Chacarita de los Colegiales

CAMPO abierto, entre zanjas, arroyos y alambrados, cruzando quintas para encontrar entre los alfalfares un trozo de terreno en que practicar el fútbol, un grupo de estudiantes se hacían a diario la rabona para dedicarse al popular deporte. Esos bravos muchachos fundaron un día Chacarita Juniors. Eran sus dominios los viejos terrenos de Chacarita de los Colegiales, de que nos habla Miguel Cané en su admirable "Juvenilla", Pocos puntos hay más agradables, dice el malogrado escritor, en el capítulo XXIV de sus "Recuerdos de adolescencia", al recordar los veranos pasados en el barrio de Villa Crespo en el antiguo caserón de la llamada Chacarita de los Colegiales. Situado, dice, sobre una altura, a igual distancia de Flores, Belgrano y la Capital Federal, el viejo edificio de la Chacarita, monacal en su aspecto, pero grande, cómodo, lleno de aire, domina un paisaje delicioso, al que las caprichosas ondulaciones del terreno dan un carácter no común en las campiñas próximas a la ciudad. Las campiñas próximas a la ciudad: tal decía Cané de lo que es hoy la densa población de Villa General Mitre, Villa Crespo, Colegiales, Ortúzar y La Paternal, que tienen enclavado en su centro el viejo cementerio abierto en 1871, y que aun conserva el nombre de Chacarita, al decir de algunos, descomposición de "Chacrita", por ser aquéllos lugares denominados "Alameda de las Chacritas", por la cantidad de pequeñas parcelas de tierra subdivididas entre fruteros y verduleros, criaderos de aves y tambos. Y al hablar de aquellas chacras que rodeaban el conventual edificio veraniego de los colegiales, dice Miguel Cané en su libro, admirable de evocaciones infantiles: Los "vascos" eran nuestros vecinos hacia el norte, precisamente en la dirección en que los dominios colegiales eran más limitados. Separaban las jurisdicciones respectivas un ancho foso, siempre lleno de agua y de bordes cubiertos de una espesa planta, baja y brava. Pasada la zanja, se extendía un alfalfar de media cuadra de ancho, pintorescamente manchado por dos o tres pequeñas parvas de pasto seco, y allí, en pasmosa abundancia, crecían las sandías robustas, enormes, cuyo sólo aspecto apartaba la idea de la "caladura" previsora; la sandía ajena, vedada, de carne roja como el lacre; el melón famoso, cuya reputación ha persistido en el tiempo y el espacio; allí doraba el sol esos melones de origen exótico, redondos, incitantes en su forma ingénita de tajadas; los melones exquisitos de suave pasta perfumada y de exterior caprichoso como un papiro egipcio. Esta maravillosa evocación de Cané ha venido a nuestra memoria al recorrer, por las amplias calles de Villa Crespo, en los alrededores del cementerio de la Chacarita, y cerca de la hermosa cancha que en ese barrio tiene Chacarita Juniors, los mismos terrenos, hoy asfaltados, macadamizados, o admirablemente pavimentados en madera o piedra, en que se cultivaban las sandías y melones de que nos habla el escritor al recordar las chacritas que rodeaban su conventual refugio veraniego de estudiante.

La fundación del club, hace más de un cuarto de siglo
EL día de los trabajadores, es decir el 1º de mayo de 1906, José Manuel Lema reunió a los compañeros de andanzas y correrías, socios en su mayoría de un extinguido club de fútbol que se llamaba Defensores de Villa Crespo, y los convenció de que era necesario fundar una institución nueva que llevara por nombre el del barrio. En Chacarita vivían, y Chacarita debía llamarse el club. Y así fue; reunidos en los fondos del antiguo centro socialista de la 17ª, en Dorrego y Giribone, planearon las bases de la institución entre el nombrado iniciador, Arístides Ronchieri, fallecido; Juan Faccio, fallecido también; Andrés y Eduardo Ducace, en la actualidad altos empleados de la sección investigaciones de la policía de la Capital; Antonio Fernández y Máximo, Alfredo y Manuel Andrés Lema.

De un centro socialista a una lechería
POSTERIORMENTE, y cuando ya por razones que escapan a la memoria de los socios fundadores que aún viven debieron salir del local del centro socialista, se refugiaron en la trastienda de una cigarrería, en las calles Ribera y Leones; pero a poco debieron también abandonar, por incómodo, este local y trasladaron la sede social a la calle Jorge Newbery 3636 donde había una lechería. Fua la lechería el primer local en que los socios podían disfrutar de ciertas comodidades, pues disponían de sillas, mesas, y hasta de un servicio de "buffet", a base de "leche al pie de la vaca", pues en aquel entonces la lechería era el despacho de leche de un tambo, cuyo dueño, un vasco, acriollado y bonachón, tomó a los muchachos bajo su amparo, cediéndoles el local para sus asambleas y hasta obsequiándoles algunas veces con uno que otro vaso de leche recién ordeñada. Era necesario, después de formalizar los detalles de la organización del club, comprar el sello y la primera pelota.

El sello del club y la primera pelota

DIFÍCIL era reunir dinero para comprar el sello, que ya hemos visto al historiar la vida de otros clubs de fútbol, que es uno de los requisitos indispensables para dar carácter de formalidad a estas instituciones. Era difícil reunir fondos; pero aquellos muchachos se les ocurrió pronto el medio de arbitrar recursos. Después de una reunión en "lo del gallego Fernández", pues también les sirvió de local social la casa de Antonio Fernández, quien les habilitó un galpón en los fondos de su casa en las calles Charlone y Estado para que se reunieran allí los días de lluvia, tomó cuerpo la idea de la adquisición del sello. En una de esas reuniones se acordó recolectar diarios en todas las casas del barrio. Fue una fácil colecta. Los diarios se tiraban, después de leídos, y allá iban en peregrinación, de puerta en puerta, los socios de Chacarita Juniors, solicitándolos. La colecta fue grande. Se reunieron varios kilos de papel, y el financista de la institución, Juan Faccio, procedió a la negociación, en un comercio de Villa Crespo, obteniendo los tres primeros pesos con que se mandó hacer el sello de goma, que aún se conserva en el club. Para la pelota no hubo dinero. El desengaño de los muchachos trascendió, y el comisario de la sección 33ª, entonces un tal Sider, se compadeció de aquellos futbolistas y con la condición de que jugaran un partido amistoso con el Club Defensores de Villa Crespo, del que se habían separado para fundar Chacarita Juniors, les obsequió una hermosa pelota, que duró apenas los primeros quince minutos de juego, pues a consecuencia de un certero puntapié de Arístides Ronchieri, "sonó" en medio de la cancha.

La primera cancha y el primer disgusto

POR los alrededores del cementerio había un hermoso terreno baldío. Era en las calles Federico Lacroze y Alvarez Thomas. Los muchachos vieron que era un campo de deportes maravilloso, y sin duda con la intención de alegar algún día la posesión trentenaria, lo cercaron, y se apoderaron de él, "manu futbolística". Pero, inexpertos en planimetría, e ignorando el trazado municipal de calles y avenidas, no se dieron cuenta de que gran parte del campo, tan fácilmente conquistado, cortaba el tráfico de una de las calles futuras del barrio, que crecía vertiginosamente. El caso es que un buen día la policía, con una chata municipal, procedió a sacar las chapas de cinc y a librar nuevamente al servicio público la arteria interrumpida y a interrumpirles, por unas horas, la libertad a los autores de la clausura de la vía pública.

Las originales medias de Chacarita Juniors

CUANDO se resolvió adoptar los elegantes colores para las "tricotas" de los jugadores — rayas anchas rojas y negras divididas por rayas delgadas blancas, — a uno de los socios, José Bruno Gaslini, se le ocurrió distinguir al club por el color de sus medias. Alegaba el célebre entrenador que, al mirar un partido, el público concentra su atención en las piernas de los jugadores, y que a veces, siguiendo el "gambeteo" de los jugadores; los pasos del ídolo o los "shoteos" de los jugadores de más prestigio, se les conoce sin mirarles ni la camiseta, ni la cara. Dándole a las medias de Chacarita Juniors una característica, sus jugadores se destacarían siempre en cualquier parte, no sólo por su juego, sino por el color de sus medias. Y siguiendo este consejo, se resolvió darle al uniforme el color rojo para las medias.

Una interrupción y una reaparición del club

SIN que definitivamente desapareciera el club, pero dormidas en absoluto sus actividades deportivas, puede decirse que su reorganización, realizada en 1919, fue el punto de partida para su gran carrera futbolística, que ha colocado en un tiempo récord a Chacarita Juniors en la primera línea de los clubs porteños. Samuel Sívori y Santiago Piaggio resolvieron, a mediados de 1919, resucitar el club, y lograron su propósito, reanudándose, totalmente renovado en su forma, organización y sentido deportivo, el 20 de agosto de 1919. Se intentó, por parte de algunos nuevos socios sin arraigo en la vieja institución, cambiarle el nombre y ponerle Jorge Newbery, General Soler, Carlos Pellegrini o Defensores de Maldonado, pero la tradición se impuso, y persistió el mismo nombre, impuesto por los viejos socios de la institución, que no cejaban en que se llamara al club con el nombre que había sido bautizado al fundarse, el que le habían elegido sus fundadores para perpetuar el recuerdo del barrio que le sirvió de cuna. La primera comisión directiva de esa reorganización la formaron. José Manuel Lema, Manuel Otal, Nicolás J. Caputo, Nicoderao Particcone, Juan Storti, Maximino Lema, Francisco Vega, Rafael Lotito, Luis Giromini, Luis Grosi y otros entre ellos, muchos dirigentes de reparticiones nacionales.

Los presidentes que tuvo el club

DESDE la primera presidencia de Chacarita Juniors, que estuvo a cargo del socio fundador y entusiasta protector de la institución en todos los tiempos José Manuel Lema, hasta la presidencia actual del club, que con tanto acierto desempeña el arquitecto Eugenio Luis Bressant, han pasado por el alto cargo Santiago Piaggio, a quien tocó, sin duda, después de la primera presidencia de José Manuel Lema, la época embrionaria de Chacarita Juniors, y una de las más ingratas, pues, a la falta de recursos de toda índole, se unía la poca popularidad del club y la resistencia de mucha gente a cooperar en el desarrollo de esas instituciones, de las que se habían fundado ya muchas y habían desaparecido otras tantas. Siguió a la presidencia de Piaggio, la de Nicolás Caputo, dirigente también de viejo arraigo en la institución, y a la de éste siguieron la de Alfonso Colángelo, hasta llegar a las de los doctores Virginio Teddin Uriburo y Tiburcio Padilla, que impulsaron la institución con el prestigio de su nombre, el dinamismo de su acción y el cariño de sus viejos asociados. No es posible cerrar esta reseña del origen y desarrollo de Chacarita Juniors, sin hacerse eco del grato recuerdo dejado en la institución por su actuación en ella como socio y luego como presidente del doctor Tiburcio Padilla, que ha dejado unido su nombre a importantes obras de progreso, y al agradecimiento personal de más de un centenar de socios que encontraron en él, más que a un socio, a un verdadero protector y amigo.

O Chacarita Juniors o nada…
DESDE su afiliación a la ya disuelta Asociación Argentina de Football puede decirse que arranca la historia deportiva de Chacarita Juniors, cuyo nombre le había costado tantos disgustos, y le ocasionó no pocos contratiempos en las gestiones para afiliarse, pues los dirigentes de la entidad directriz de aquellos tiempos no creían que el nombre de Chacarita podía inscribirse en la Asociación, por aquel entonces en Suipacha 1069. Cabildeos, discusiones, protestas, artículos en "El Defensor del Maldonado", periódico que en aquella época velada por los intereses de Villa Crespo, Chacarita y La Paternal, y grandes asambleas de dirigentes que resolvieron un día cuadrarse ante las autoridades de la Asociación Argentina de Fútbol y en una nota histórica para el club manifestaron su firme voluntad de que el nombre subsistiera, y de que con él fuese inscripto en la citada asociación. La nota, en la que los jóvenes y entusiastas dirigentes habían puesto un exceso de vehemencia desproporcionado con el motivo que la originaba, terminaba con esta pintoresca y resuelta frase, que sintetizaba la firme resolución de los socios: O Chacarita Juniors, o nada... Claro es que, ante este razonable argumento, y ante esta firme resolución, la Asociación no tuvo más remedio que deponer las absurdas razones que aducía para negarse a inscribir el nombre de Chacarita, y accedió a la afiliación en 1920.

Brillante foja de servicios
ACEPTADA la afiliación, el club participó, en el año 1921, de un match que revistió interesantes alternativas. Fue disputado en el viejo "field" del Club Porteño Golf, y Chacarita Juniors intervino con tres cuadros, una segunda división y dos terceras, tocándole en suerte culminar a la tercera división A que llegó al final del campeonato; pero quiso la fatalidad que perdiera por 1 a 0, lo que no restó, sin embargo, gloria a los destacados jugadores, que demostraron en aquel entonces cuáles eran sus condiciones y qué entusiasmo enorme los animaba. No pudo presentarse más halagador el primer año oficial. El entusiasmo de los componentes de Chacarita Juniors aumentaba día a día, y se traducía en hechos que iban acrecentando la autoridad del club. Y así, de éxito en éxito, llegaron en la temporada de 1922 a inscribirse con cuatro equipos: Intermedia, Segunda, Tercera y Cuarta Reserva. La performance de todos los cuadros mencionados fue realmente brillante, y puede asegurarse así, ya que al final de la temporada todos los cuadros llegaron a los sitios más preferentes, conquistando la cuarta división la designación de "campeón". A la división intermedia le tocó en suerte ocupar el cuarto lugar en la Zona Norte, en la que venció el Club Atlético Urquiza, ascendiendo este última a primera categoría conjuntamente con los campeones de las zonas de Témperley y All Boys. No desmayaban los dirigentes de Chacarita Juniors. El deseo de superación los alentaba continuamente, y fue así como en 1923 llegaron a constituir un cuadro excelente, para optar al ascenso a primera división, anhelo que compartían todos los asociados. Pero la adversidad parece ensañarse a veces... Muchos obstáculos se presentaron para el triunfo, lo que no impidió que Chacarita Juniors llegara al final del campeonato de aquel año a empatar en el primer puesto de la sección con el Club San Martín, que luego resultó ganador por un punto a raíz de la protesta entablada por este último contra el Club Germinal. Ocurrió entonces que en el último encuentro empataron ambos en un gol, salvando el match el arquero Banchero. A raíz de esos hechos, a causa de una cláusula que era una extorsión, y que obligada a Chacarita Juniors a presentar la ficha reglamentaria dentro de los ocho días, cosa imposible de realizar, San Martín protestó el match, y ganó, clasificándose campeón de la Zona Norte, lo que no evitó luego que perdiera la final frente a Sportman, por 2 a 0. En medio de estas alternativas, Chacarita Juniors se hallaba a pocos pasos de la consagración. No era cosa de dejarse sorprender por falta de energías y de acción, para que triunfara definitivamente. Para ello era necesario reforzar aun más el cuadro, lo que se obtuvo con el concurso de Renato Cesarini, quien, conjuntamente con el capitán José Bruno Gaslini, fue el gestor y realizador de la victoria definitiva. Se inició bajo tan buenos auspicios la campaña del año 1924, Reforzado convenientemente el cuadro de la división intermedia, debutó frente a Victoria, venciéndolo por 3 a 0. Este comienzo brillante fue el que vino a marcar la senda del triunfo para toda la temporada, resultando invicto Chacarita, que salió campeón de sección, en primer término, y luego vencedor en los restantes encuentros, como podrá comprobarse por la narración de los hechos que van a continuación.

A un paso de la primera división

ERA el tema obligado de toda la hinchada este primer éxito rotundo, y así continuaron los triunfos hasta las finales, mereciendo Chacarita los honores del más encomiástico comentario, discutiéndose en toda forma los posibles resultados de esos encuentros. Se practicó el sorteo correspondiente para las semifinales, con el resultado siguiente: Chacarita Juniors versus Adrogué. Bristol versus Gutenberg de La Plata. Era presidente del club, José Manuel Lema. El primer partido se disputó en el "field" del Club Atlético Huracán, en Avenida Alcorta y Luna, y el segundo, en el viejo estadio internacional del Club Sportivo Barracas; y los resultados de aquel encuentro fueron: Chacarita Juniors, 2, y Adrogué, 1; Brístol, 3, y Gutenberg, 2. En consecuencia, los ganadores para disputar la final y el derecho de ascenso eran Chacarita y Brístol. Habían sido excelentes las campañas realizadas por los dos clubs durante la temporada, y por igual derecho merecían el ascenso; pero... era éste un triunfo que había que conquistarlo en la cancha, lo que traía como consecuencia que uno de los dos, forzosamente, quedaría relegado a la Intermedia, después de tantos sacrificios; y todos esos valores se definirían en el breve espacio de 90 minutos de juego. Se disputó la final en el "field" de Sportivo Barracas, y la gloria correspondió a Chacarita Juniors por el gol del triunfo que marcó Rogelio Pérez a los 37 minutos de iniciado el juego en el segundo tiempo, mediante la habilísima jugada del insider chacaritense, que dejó en 0 al contrincante. El match fue interesantísimo, y a pesar de las apremiantes cargas del triunfador, debe destacarse la actuación descollante que tuvieron los jugadores del Club Bristol, en especial Camacho, Dallesandro y Pascais. De no mediar tan destacados adversarios, el "score" pudo haber sido mayor. Pero faltaba un match que debía revestir grandes proporciones. Se trataba de definir situación nada menos que con la famosa división intermedia de Boca Juniors, que durante tres años consecutivos se había clasificado campeón, a la que tocaba en suerte disputar con Chacarita Juniors el título superior del año 1924. Después de dos encuentros, pues el primer match terminó con el empate de un gol por bando, la suerte se inclinó hacia Chacarita Juniors. que consiguió vencer a su calificado rival por 2 goles contra 1, obteniendo en esta forma el ascenso a primera división, y el título de campeón de intermedia del año 1924. La estrella de la buena suerte brillaba nítidamente en el cielo de la insignia chacaritense. Fue indescriptible el entusiasmo que este ascenso provocó entre los partidarios de Chacarita luniors. Puede decirse, sin temor de exagerar, que pocas veces fue registrado otro igual, y este entusiasmo era lógico, ya que por sus propias fuerzas la entusiasta muchachada de Chacarita había escalado la más alta posición. Fue así como conquistó un número importante de simpatías, y su "hinchada" lo hizo club predilecto, por sus legítimos valores. Durante el año 1925 Chacarita Juniors jugó por primera vez en primera división, y su actuación fue destacada y lucida, ocupando el cuarto puesto en la tabla general. Lo mismo aconteció en los años 1926 y 1927, ocurriendo en este último que llegó al primer puesto del campeonato invicto, con cuatro empates. Fue entonces cuando se realizó la fusión del fútbol porteño entre las Asociaciones Argentina y Amateurs. Sus campañas posteriores fueron todas destacadas, figurando siempre brillantemente hasta que los hechos de 1930 crearon el profesionalismo, entre cuyos practicantes se contó Chacarita Juniors. En el año 1931 se realizó la famosa rueda de revancha, que tanto dio que hablar entre los cultores del fútbol, y en ella, por su brillante actuación, mereció los honores mayores la falange de los Santiagueños. Posteriormente, en los años 1932, 1933 y 1934, todas las campañas del Chacarita juniors fueron excelentes, sosteniéndose en su puesto de triunfador entre sus similares, y mereciendo encomiásticas ponderaciones por su marcada regularidad, aun cuando no siempre pudiera contar con el máximo de su poderío en las representaciones en luchas oficiales

El nuevo campo de deportes
EN razón de las exigencias surgidas a consecuencia del triunfo del profesionalismo, fueron mayores las obligaciones, y se debió entonces pensar en la construcción de un nuevo estadio. Esta obra magna se llevó a cabo con sacrificios y dificultades lógicas, dada la importancia de los trabajos, y el nuevo campo, sito en la calle Humbolt 300, se inauguró oficialmente el 19 de febrero de 1932, con el encuentro entre Chacarita y Nacional de Montevideo, que despertó el interés que era de suponer, y que mantuvo a los partidarios en una expectativa emocionante. Se congregaron en la espaciosa cancha no menos de 25.000 almas, y los incondicionales del varonil deporte siguieron entusiastamente las alternativas del encuentro en el que salió airoso Chacarita Juniors, venciendo en buena lid a Nacional de Montevideo, por 3 a 0,

Campeón rioplatense de balón

No le bastó a Chacarita demostrar sus condiciones y aptitudes para el fútbol clásico, diremos, sino que difundió el juego del balón, destacándose brillantemente y clasificándose durante varios años campeón argentino y rioplatense. Los reiterados triunfos de Chacarita Juniors en esta nueva actividad deportiva hicieron mayor su popularidad, y esto le valió al entusiasta grupo de componentes de la entidad un acrecentamiento en el número de sus adeptos, que se tradujo en un considerable aumento de socios, que llegan en la actualidad a la respetable suma de 7.000.§

4 comentarios:

  1. Nací en 1943, y en mis primeros años de vida me enamoro los colores de la camiseta, que hasta hoy la defiendo, fui uno de los fundadores de la peña De Bahía Blanca Chino Rivoira, junto a un muchacho de Tandil, deje de pagar mi cuota de socio por cuestiones económicas y jubilación pero, es como lo dice el relato, los hinchas del Chaca somos: O Chacarita Juniors, o nada...

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    1. Chaca te quiero sos una razones de.mi vida junto a mi familia te amo por siempre y para siempre.

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  2. Chaca, una pasión inexplicable que se lleva en el corazón.

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