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traducción del articulo publicado por The Economist el 23.2.2023
El socialismo impera en el deporte estadounidense
Las reglas de la NFL permiten que haya muchos equipos exitosos, a diferencia del fútbol europeo.

Desde el lanzamiento de la Premier League en 1992, sólo 7 clubes ganaron el título. En 27 de esas 30 temporadas, los campeones fueron: Manchester United, Manchester City, Chelsea, o Arsenal. Uno de estos 4 ganará otra vez el título este año. En cambio, la reciente victoria de los Kansas City Chiefs en el Súper Bowl, fue sólo la tercera oportunidad en la que alcanzaron el máximo galardón del fútbol americano.

Desde que existe la Premier League, 15 equipos diferentes ganaron el Súper Bowl, y fueron 20 las franquicias que alcanzaron esta hazaña desde que comenzó a jugarse en 1967. Hoy quedan tan sólo 4 franquicias que nunca llegaron al evento principal del fútbol americano, y 2 de ellas recién fueron establecidas en la década de 1990.

En el fútbol inglés los mejores equipos pueden comprar a los mejores jugadores. El éxito asociado atrae a más patrocinadores y dinero de la televisión, lo que a su vez permite que esos mismos clubes compren aun más jugadores de primera calidad.

El Financial Times calculó que en 1997 el cuarto salario más alto de la Premier League se encontraba un 50% por sobre el promedio de la liga. En 2021, ya era un 150% más alto.

Algunos sospechan que esto no ha sido siempre honesto. La Premier League acusó recientemente al Manchester City —que dominó las últimas temporadas— de más de 100 instancias de incumplimiento de las reglas financieras. El City mostró su sorpresa por los cargos y aguarda poner fin al asunto de una buena vez por todas.

Que haya muchos campeones en la National Football League (NFL) es consecuencia de su estructura competitiva y de su reglamento. Cada equipo no puede superar un tope salarial, que fue un algo más de $ 208 millones en la temporada pasada. Además, el equipo con el peor récord en cada temporada obtiene el derecho a la primera selección en el draft (el proceso mediante el cual la NFL selecciona a los jugadores universitarios la primavera siguiente). El equipo con el segundo peor récord obtiene la segunda selección. El proceso continúa hasta que el ganador del Súper Bowl recibe la selección número 32, y luego se repite durante varias rondas sucesivas.
 
El sistema es socialismo de pura cepa en acción. Como habría dicho Karl Marx: “cada jugador según sus capacidades, es asignado a cada equipo según sus necesidades”.

Este sistema también se usa en béisbol, baloncesto y hockey sobre hielo. Las reglas varían un poco entre una y otra competencia. Por lo general, no son tan “socialistas” como en la NFL, y el orden de selección se asigna por sorteo (aunque con un sesgo que favorece a los equipos menos exitosos).

Los paralelismos con el socialismo no terminan ahí. El descenso de categoría es una instancia desconocida en los principales deportes estadounidenses (aunque los equipos se mudan de ciudad en busca de mayor concurrencia y sostén financiero). La NFL funciona como un Estado de Bienestar, que protege a los equipos más débiles.
 
En Europa, el sistema predominante en el fútbol es más darwiniano. Clubes que alguna vez fueron muy exitosos —como el Derby County que ganó la Primera División 2 veces en la década de 1970— hoy languidecen en las categorías inferiores.

Además del draft, la estructura de la competencia de la NFL permite que haya más campeones. En una temporada los equipos disputan 17 partidos contra 14 equipos antes de ingresar en la fase eliminatoria (donde el factor suerte juega un rol mayor). En total hay 32 franquicias (divididas en 8 zonas de 4 equipos cada una), y los equipos evitan entonces enfrentar a más la mitad de sus oponentes potenciales.
 
Por el contrario, los equipos de fútbol europeos juegan 2 veces contra todos los oponentes de su división. Estas agotadoras temporadas acotan la importancia del factor suerte, y otorgan una ventaja a los clubes más ricos y con mejores planteles. Los torneos por eliminación son competencias separadas.
Esto aumenta la chance de que los fanáticos de la NFL vean a su equipo ganar alguna vez el premio principal. Ningún equipo de la NFL ha ganado el Súper Bowl 3 años seguidos. El título se ha distribuido entre equipos de 14 Estados diferentes. En Inglaterra, el éxito se ha limitado mayormente a los clubes originarios de las 2 grandes cuencas futbolísticas: Londres y el noroeste (Liverpool y Manchester).
En las ligas de otros países europeos el éxito se concentra aún más. En España está dominada por Madrid y Barcelona (Valencia fue el último equipo fuera de estas ciudades que ganó el título en 2004). En Alemania, el Bayern de Múnich ganó la Bundesliga durante los últimos 10 años seguidos. En Francia, el Paris Saint-Germain ganó la Ligue 1 en 8 de las últimas 10 temporadas. En Italia, la Juventus obtuvo 9 títulos consecutivos entre 2012 y 2020.

El fútbol europeo no está en condiciones de replicar el sistema de la NFL, incluso en aquellos aspectos que nada tienen que ver con el socialismo. Los jugadores no son reclutados de la universidad, y es poco probable que funcione un draft.

Pero el gobierno británico intenta socializar algo más el fútbol inglés. El 22 de febrero anunció planes para establecer un ente regulador independiente para supervisar el juego. El nuevo organismo tendrá el mandato de garantizar que los ingresos se distribuyan de manera más equitativa entre todos los clubes.
Pero otros aspectos del sistema estadounidense generarían un fuerte descontento entre los fanáticos europeos. Cuando un equipo de fútbol americano pierde la mayoría de sus primeros partidos de la temporada, los últimos juegos pasan a ser asunto sin sentido. Peor aún, obtener una mejor selección en el draft es un fuerte incentivo para seguir desempeñándose mal. En el fútbol europeo, los peores equipos luchan contra el descenso. Además, en la NFL no existe una competición equivalente a las Copas de Fútbol, en las que los equipos humildes enfrentan a los de élite.
 
Tomando esto en cuenta, ¿quién dijo que el socialismo era perfecto?

La gráfica del Mundial'78

Desde que la FIFA estableció la Copa del Mundo, Argentina buscó afanosamente ser su sede. El 6 de julio de 1966, el 35º Congreso de la FIFA reunido en Londres la designó para la XI Copa del Mundo a jugarse en 1978. Sólo 9 días antes había sido derrocado el Presidente Illia.

Una designación con 12 años de anticipación no significó que se pusieran manos a la obra. Recién en 1972 la AFA —cuyo interventor era Raúl D’Onofrio, padre del reciente Presidente de River Plate— convocó a un concurso para seleccionar el emblema y la mascota del Mundial’78.


Los resultados del concurso se dieron a conocer en febrero de 1973. El emblema elegido combinaba un círculo con los colores patrios, que podía representar un sol y una pelota. La mascota era un estilizado gauchito compuesto íntegramente por figuras geométricas.

En marzo de 1973 se llamó a elecciones generales. El nuevo gobierno decidió cambiar el emblema del Mundial, y en abril de 1974 adoptó uno que semejaba unas manos ejecutando un saque lateral. No tardó en difundirse que el diseño estaba inspirado en el saludo de Perón.

Su diseñador, Juan Riera, siempre reivindicó que se inspiró en la forma de un planisferio al que le incorporó la bandera argentina y la silueta de una pelota. Nunca buscó representar unas manos. Tiene sentido, pues se trataba del Mundial de Fútbol y no de Handball.


Una simple comprobación gráfica parece ratificar lo declarado por el diseñador.


En 1976 se volvió a alterar el orden democrático e intentó cambiar el emblema del Mundial. Sin embargo, se lo mantuvo pues ya había alcanzado cierto nivel de difusión internacional. Se lo proyectó en el estadio olímpico de Munich al cabo de la final del Mundial de 1974.


En 1977 se le encargó al estudio de García Ferré el diseño de una nueva mascota. Era uno de los estudios de historietas y dibujos animados más reconocidos del país, y fuente de los más recordados y populares personajes.


El diseño de la nueva mascota no sorprendió. Mantuvo la imagen del gauchito, pero como era de esperar ahora en clave de personaje de historieta. Alcanzó buena aceptación entre el público, aunque no precisamente por su originalidad.


La última pieza gráfica del Mundial’78 fue el afiche (poster). En 1977 se llamó a un concurso privado y se seleccionó esta estupenda obra de Eduardo López. La gente asumió con razón que eran Luque y Ardiles celebrando un gol (los modelos fueron Tito Orsi y Guillermo Szelske).


El Pulpo y el Pitón no fueron los modelos de aquel afiche, pero sin duda sí fueron dos tremendos baluartes de aquella primera Copa del Mundo ganada por la Argentina.

Recuerdos de la canchita

Te acordás cuando el fútbol era un interminable juego con amigos, con el único objetivo de meter una pelota de cuero —gastada y comprada entre todos— en un arco quizás marcado nada más que con dos ramas o piedras.


No hablo de las canchas en las que se jugaban fieros torneos barriales, con equipos de once, uniformes, referís, arcos con travesaño y red, y que hasta tenían marcado el campo de juego.


Hablo del potrero, el campito, o la canchita. Ese terreno sin dueño, de cualquier forma y tamaño que, generación tras generación, supo reunir al piberío de cada barrio en torno a su máxima diversión.


Eran tantos los terrenos sin construir en los suburbios, que en pocas cuadras coexistían varias canchitas. Cada tanto se jugaban “desafíos” contra los de “la otra cuadra”, pero mayormente se jugaba entre amigos y en el mismo campito.


Quienes vivían en el Centro, quizás no accedían a un potrero o una plaza, pero eso no impedía que jugaran sus partidos en alguna calle cortada o poco transitada del barrio.


Aquellos partidos no se regían por un reglamento escrito, aunque existía un código de etiqueta compartido por los participantes. Repasemos sólo unas pocas de aquellas normas informales, que nadie nos enseñó, pero todos conocíamos a la perfección…


La cancha nunca estaba marcada y sus límites eran difusos. La pelota estaba en juego mientras el terreno lo permitiera. Si se jugaba en la calle, la “pared” siempre habilitaba.


Los arcos marcaban la categoría del potrero. En los más simples, se usaban ramas o piedras. Llegar a ponerle arcos con travesaño a tu canchita siempre fue una de las más altas aspiraciones de todo jugador de barrio.


Los equipos se elegían en la clásica “pisada”, en la que dos de los jugadores seleccionaban por turnos a los restantes integrantes de cada equipo entre todos los dispuesto a jugar.


Alejandro Dolina nos regaló este magistral texto, que describe en detalle este legendario ritual de selección.


Nadie quería jugar de arquero, y había que distribuir la carga entre todos los jugadores. Se podía rotar el puesto después de cada gol, o jugar con “arquero volante” si el equipo rival no mostraba un real afán ofensivo.


Sin árbitro, el juego se auto-regulaba. No se fingían infracciones, pues no había a quien engrupir. Si se jugaba fuerte, lo más probable era que antes de que se cobrara la infracción, se armara una gran batahola.


Al no haber referí, ni áreas, los penales eran infrecuentes. Pero en ocasiones se recurría al “penal sin carrera” para dirimir una situación conflictiva, como la validez de un gol cuando había dudas de si la pelota había entrado (era mejor que el VAR).


Los partidos no tenían una duración prestablecida. Podían finalizar por ausencia de jugadores (llamados a comer o a “tomar la leche”) o por falta de luz (sobretodo en invierno). En ocasiones, quienes terminaban de jugar ya no eran los mismos que habían comenzado el partido.


Cuando la distancia en el marcador imposibilitaba una remontada, y el cansancio presagiaba el final de la jornada, el canto de “el próximo gol gana” renovaba la esperanza y motivación de todos los jugadores hasta el final del partido. Esta es la regla que le propondría a la FIFA.

Galería de cracks (y no tanto)

Una antigua campaña publicitaria de los vinos Arizu, nos brinda la oportunidad de recordar a algunas de las leyendas del fútbol local junto a otros jugadores que no alcanzaron tamaña trascendencia.

En 1943 los vinos Arizu lanzaron esta campaña publicitaria con conocidas figuras del fútbol local. ¿Quién reconoce a los 11 players? Los 7 primeros son fáciles. Los otros 4 más difíciles.

@ImagenesRojas El término "dar vino" estuvo muy en boga en las década del '30 y '40. Significaba dar un baile tremendo, pero referido a un jugador puntual. Supongo que era porque el defensor quedaba mareado. "Marear" otro término futbolero ya caído en desuso. Típico de los '60s. 

Este extracto de la novela Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal me los pasó @pabloesuarez. Ahí dice que Racing le dio un "vinillo" a San Lorenzo...

En esta tabla están los resultados de la Trivia.

Es curioso notar que, en esta campaña de Arizu de 1943, se cruzaron verdaderas leyendas de nuestro fútbol con otros jugadores cuyas trayectorias no fueron significativas. Veamos…

#11 Carlos Cirico (también Círico o Chirico)
Tengo pocos datos de este escurridizo puntero. Jugó en Estudiantes y Newell’s, y parece que luego fue a México donde dejó su huella en el Deportivo Oro de Guadalajara. ¿Alguien que se anote con mas información?

@SoutinhoFelipe Carlos José Chirico era entreala izquierdo. Antes de llegar a Estudiantes actuó en Instituto de Córdoba y -si mal no estoy- en Bella Vista de Tucumán. Del Pincha pasó a NOB, y después a México.
#10 Waldino Aguirre
Fue una extraordinaria figura de Rosario Central. Surgió en Central Córdoba y también jugó en Racing y Huracán.


Su trágico final está reseñado en esta nota de @carlosaira11
Waldino Aguirre | El gran ídolo del fútbol rosarino que asesinó la policía   
#9 Gabino Arregui 
Tuvo una extensa trayectoria deportiva y “artística” en Gimnasia y Esgrima La Plata. Probablemente no sea un jugador tan recordado fuera del ámbito tripero, pero sin dudas supo aprovechar su breve momento en la Selección. ¿Alguien puede aportar algo más?

@ElDani1887 Gabino Arregui (izq) es 1 de nuestros players con + presencias: 288 y 73 goles e/ 1934 y 1946. Una lesión lo retiró del fútbol. Está en el top 12 de presencias en el Club. Es el 6° goleador histórico con 74 goles. Antes de llegar a Gimnasia era peluquero y cantaba tangos. Fue figura indiscutida en la Selección de su ciudad Bolívar

#8 Manuel Cabral 
Quizás sea el caso más peculiar de este aviso de Arizu. Este rudo centro-delantero no tuvo una trayectoria destacada en Chacarita Juniors, aunque luego mostró sus dotes goleadoras en Almagro en segunda división. ¿Alguien tiene más datos?

@Los_Funebreros Manuel Cabral - #Chacarita año 1943

#7 Emilio Baldonedo
Fue una de las más grandes figuras de Huracán, y además tiene el particular honor de aún ser el máximo goleador de la Selección Argentina frente a Brasil.


Link: Emilio Baldonedo, el verdugo
@futebolportenho Baldonedo no es solamente el máximo goleador argentino ante Brasil, es también el máximo en general ante Brasil. Un dato curioso, nació en la mismísima fecha que Ernest Wilimowski, máximo anotador ante Brasil en un solo partido. Link: Maior carrasco do Brasil, Emilio Baldonedo faria cem anos
#6 Vicente de la Mata 
Es el caso emblemático del jugador rosarino que hizo “capote” en la Capital. La definición del Sudamericano de 1937 fue tan dramática que, de no haber sido una historia real, igual tendrían que haberla escrita.


Este artículo —publicado por El Gráfico en un número especial— nos trae los detalles del épico debut de Vicente de la Mata en el Sudamericano de 1937.



#5 René Pontoni
Fue uno de los más precisos (y preciosos) artilleros del fútbol Argentino. Primero en Newell’s y luego en San Lorenzo, sus goles fueron una de las más altas expresiones de una época dorada del fútbol argentino.


Link: René Pontoni: elegante y goleador
#4 Rinaldo Martino 
Fue uno de los mejores jugadores de la generación de los años ’40. Llegó a San Lorenzo desde Belgrano de Rosario. Luego jugó en Juventus (Italia) y Nacional (Uruguay), y tuvo un breve paso por Boca Juniors.


Link: Martino, una manera de nombrar al fútb
  #3 El Charro Moreno
Tuvo una actuación tan destacada que, mientras aún vivía la gente que lo había visto jugar, siempre integró todas las trilogías de máximos exponentes del fútbol argentino.


El Gráfico publica su biografía: El Destino, La Pelota y Yo. Link: El destino, la pelota y yo - Capítulo I
@ing_agonzalez El nombre del charro Moreno, por lo que tengo entendido, era José Manuel, y en la propaganda aparece como José María, quizás estoy confundido. Así lo explica el mismo Charro en su biografía.

#2 Bernardo Gandulla
Ya era una estrella fulgurante en Ferro Carril Oeste a fines de los años ‘30, antes de llegar a Boca Juniors en 1940 procedente del Vasco da Gama. También tuvo una muy destacada actuación como formador de jóvenes jugadores.

Link: Gandulla fue crack y maestro de promesas
@AntonioG11970 Muito legal. E no Brasil os pega bolas, são chamados de gandulas por causa dele, pois no tempo que jogou no Rio de Janeiro, pelo Vasco, era rápido e corria pegar a bola quando ela era chutada fora. Es realmente curioso que el Nano Gandulla haya generado ese término en Brasil. Saludos Sim, curioso mesmo. Talvez o Brasil seja o único país do mundo onde há um termo próprio para o pega bolas: gândula. E a maioria dos brasileiros desconhece a origem do termo. Os viciados em futebol sabem que o termo veio do nome do jogador argentino do Vasco, anos 1940.
#1 El Chueco García
Llegó a Racing desde Rosario Central en 1936. Era oriundo de Santa Fé, pero se lo considera un fiel exponente de la escuela rosarina. En está publicidad de Arizu, 5 de sus 11 integrantes surgieron en equipos de la ciudad de Rosario.


Link: Enrique García: el poeta de la zurda